Así viven la pandemia 100 familias de la comunidad DIAGUITA de San Juan

San Juan
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Diario Móvil entrevistó a Carina Calivar, referente de la Comunidad Cacique Pedro Caligua en Valle Fértil, quien contó cómo atraviesan la emergencia sanitaria. 







La Comunidad Indígena Cacique Pedro Caligua de Valle Fértil está compuesta por alrededor de 100 familias que viven en Villa San Agustín y también dispersas en otras localidades, pertenecen al pueblo diaguita de San Juan.

Carina Calivar, referente de esa comunidad, cuenta que sus miembros se dedican a la artesanía en cuero, tejido al telar, cerámica, madera y pintura. Resalta además que esta comunidad fue pionera, desde 1998, en la lucha por visibilizar su identidad y la cultura ancestral como así también el desarrollo del turismo étnico como una gran oportunidad para ser anfitriones y mostrar los sitios indígenas, cuidando el patrimonio y valorando los saberes ancestrales.

La mujer dice que ante la pandemia y la imposibilidad de que los chicos asistan a clases una vecina le dijo: “Cruzate a la casa, nosotros tenemos conectividad”, y así pudieron bajar las guías escolares.

Además comenta que las profesoras se acercaron a la comunidad cada vez que pudieron y les dieron las guías ya impresas para aquellos alumnos de la comunidad que no tenían acceso a Internet. “También las maestras fueron muy pacientes y cuando tuvimos dudas sobre algún contenido nos explicaron”, asegura Carina.

“No somos un pueblo tan grande y nos conocemos la mayoría, eso hace posible estar más cerca y sentirnos más contenidos”, aclara la referente diaguita.

Con respecto a las celebraciones tradicionales, Carina, comenta que todas se hicieron de forma privada, cada familia celebró el Inti Raymi (Fiesta del Sol) y el Día de la Pachamama en sus casas.




Por otro lado, muchos de las familias diaguitas pudieron acceder al Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), los módulos alimentarios de Gobierno y el Potenciar Trabajo, que es otro programa nacional que apunta a fomentar la mano de obra intensiva en desarrollos municipales y unidades productivas de la economía social. Ya que la mayoría de las familias originarias viven del turismo étnico, que estuvo frenado por la pandemia.

“No hay ningún miembro de ninguna de las comunidades diaguita que esté pasando por una situación de vulnerabilidad extrema”, precisa. Pero su trabajo se vio abruptamente frenado por la imposibilidad de que lleguen turistas al departamento.




Sin embargo, nunca dejaron de trabajar, desde sus casas pensando en cómo hacerle frente a la situación. “Estamos decididos a retomar las actividades porque hay cosas urgentes por resolver”, asegura Carina.

Su primera actividad será la construcción de un Salón de Usos Múltiples (SUM) destinado a realizar talleres de transmisión de saberes, capacitaciones, exposición y venta de sus obras y sobretodo de encuentro comunitario para el empoderamiento y fortalecimiento de la identidad, pertenencia, el arte y la cultura diaguita. "Porque somos hijos de la madre tierra, somos la voz de los ancestros y somos los herederos y custodios del gran legado que estamos dispuestos a mantener con la gran ayuda de todos los hermanos sanjuaninos", manifiesta Calivar.


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