"Un contagio puede ser fatal": Carla, la nena sanjuanina que es electrodependiente y vive encerrada por la pandemia

Carlita 3
Carlita 3
Tiene 11 años y está aislada en una habitación de su casa en Chimbas. Es fanática del grupo cuartetero Omega. Pero desde que crecieron los contagios en la provincia los miembros de la banda ya no la pueden visitar.  






Por Pablo Zama

Carlita sonríe cuando ve a sus amigos de Omega, quienes no pueden visitarla desde hace algunas semanas.

Carla Andrea Guzmán tiene 11 años. Depende de un aparato enchufado a una línea de 220 volts para vivir. Y llegó la pandemia para complicarle todavía más sus días. Está aislada en una habitación de su casa en Chimbas y la testean cada 15 días. "Un contagio puede ser fatal", dice su mamá, Yanina Guzmán (29 años).

La niña nació a los 7 meses de gestación. Su peso era de 1 kilo 800 gramos. Padeció infartos y terminó en terapia intensiva. Además le detectaron meningitis y casi no sobrevive.

La madre empezó a notar malformaciones en la cabeza de la bebé. Entonces le explicaron "que estaba haciendo una hidrocefalia por la meningitis, que le había comido prácticamente el cerebro y le había dejado agua”.


Desde que aumentaron los casos, Yanina mantiene un estricto cuidado al ingresar a la habitación de Carlita.

Pasó el tiempo y Guzmán, que es madre soltera, vivió más de un año y medio en el Hospital Rawson junto a Carla. Luisana (6), la más chica de la familia, veía tan poco a Yanina que se acostumbró a decirle "mamá" a su abuela.

Pocos años después sufrió una displasia pulmonar (dejaron de funcionarle los pulmones), entonces necesita estar conectada a un respirador para vivir.

Además le pusieron una válvula para que su cuerpo pueda crecer y la operaron por 6 disfunciones valvulares (se le tapaba). También tiene escoliosis y desprendimiento de retina. Ve muy poco.

Desde que creció la cantidad de casos en San Juan, a la niña sólo pueden verla las enfermeras que la atienden, su mamá y su hermana. Los abuelos, que viven en Pocito, pueden hacerlo dos veces al mes, con todas las medidas de prevención.


Luisana se pone tapabocas para ir a jugar con su hermana.

Cada vez que quiere verla, Yanina se pone barbijo, cofia, guantes de látex y una bata. "Carla está en aislamiento desde que llegó la pandemia, pero desde hace un par de semanas el médico reforzó el protocolo", le cuenta la mujer a Diario Móvil.

La nena tiene asistencia permanente en su habitación. Son 5 las enfermeras que se turnan cada 12 horas. Además hay 3 kinesiólogos (2 para la parte respitatoria y uno para la motriz) que la atienden. Además hay un médico terapista que la visita 3 veces por semana.

La madre aclara que en este contexto sanitario, Carla es una "paciente de alto riesgo" y que en su casa tiene todo lo necesario para una internación.
"Está muy llorona, muy alterada. Son muchos meses encerrada"

La familia es amiga de los integrantes del grupo cuartetero Omega, que a la nena le sacan una sonrisa. Cuando la provincia estaba en fase 5 la seguían visitando, con todos los protocolos. Pero con el cambio de escenario epidemiológico la banda liderada por Hugo Flores ya no puede verla.

"Tiene una tele y le ponemos los videos de la banda. Es muy difícil mantenerla las 24 horas adentro de la pieza. Antes estaba en una habitación más grande, pero la tuvimos que cambiar, por los aparatos", explica Yanina, que extraña poder sacar a su hija al patio o llevarla al living, en donde siempre trataban de "compartir momentos" en familia.


La niña pasa todo el día bajo los cuidados de una enfermera.

"Está muy llorona, muy alterada. Son muchos meses encerrada. Tiene una psicóloga que viene a domicilio. Nos recomendó que le hablemos mucho, que tratara de jugar con la hermana", cuenta. Luisana desinfecta los juguetes y entra con cubrebocas a la habitación para jugar con su hermana.

La profesional les pidió que la traten "como a una nena común" y que no demuestren "tantos cuidados delante de ella".

Guzmán dice que no puede dejar de hacer trámites para el bienestar de su hija: "Día por medio tengo que ir al Centro Cívico para lograr que salga un expediente". Para movilizarse deja a Carla con una enfermera, mientras Luisana duerme.
"Me da terror ir al Hospital Rawson, pero tengo que hacerlo cada 25 días"

"Me da terror ir al Hospital Rawson, pero tengo que hacerlo cada 25 días para hacer firmar la autorización de la internación domiciliaria", expresa la mamá.

Cuando vuelve a la casa pisa la alfombra con lavandina que colocó en el ingreso y se rocía alcohol diluido en agua por todo el cuerpo. "Paso directo a bañarme y cambiarme de ropa. Ahí recién puedo entrar a ver a Carla", asegura.

Para Yanina, atravesar cada día en la pandemia junto a Carlita es todo un desafío. Por eso les dejó un mensaje a quienes, pese al aumento de casos en San Juan, no cumplen con las medidas de prevención: "Yo les diría que tomen conciencia. Capaz que para una persona sana el virus es como una gripe. Pero para estos chicos puede ser fatal".
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