EDUCACIÓN en PANDEMIA: Más del 80% de los estudiantes no tuvieron EVALUACIONES este año

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Tanto en las escuelas primarias estatales como en las privadas, 8 de cada 10 alumnos no tuvieron exámenes durante la interrupción de las clases presenciales.








Los datos de que la mayor parte de los estudiantes no tuvieron pruebas, surgen del informe “Análisis comparado entre educación pública y educación privada en contexto de Covid-19 (segunda parte)”, del Observatorio Argentinos por la Educación y con autoría de Mariano Narodowski, Víctor Volman y Federico Braga. El documento presenta los resultados de una encuesta nacional que relevó las prácticas escolares de continuidad pedagógica en el contexto de la pandemia.

Tal como se desprende de las estadísticas, en las escuelas primarias de gestión estatal, el 88,5% de los alumnos no tuvieron pruebas este año, y en las escuelas privadas la proporción es similar: 82%. En los casos de los estudiantes que sí realizaron alguna prueba, 3 de cada 4 evaluaciones recibieron nota conceptual, y solo 1 de cada 4 fue con calificación numérica.




Sin embargo, Narodowski explicó que esta circunstancia no es para alarmarse ni reviste gravedad: “Se trata de la adaptación a la situación que tuvimos y tenemos, en la que hacer pruebas a distancia es bastante complicado porque no vamos a saber si estamos evaluando al alumno, a sus posibilidades de conexión, a los familiares que puedan estar ayudándolos o las condiciones que tengan en sus casas. La escuela resolvía estos problemas porque los ponía en una situación de relativa igualdad. En la actualidad, tomar un examen, salvo en algunas excepciones muy bien trabajadas, no es técnicamente correcto”.

“Los estudiantes no rindieron ‘pruebas’ pero hicieron algo mucho mejor: produjeron podcasts, construyeron audiovisuales, escribieron bitácoras de la pandemia y narraron audiocuentos. Encontraron formas de expresión para poner a prueba sus conocimientos y compartirlos con el mundo”, advirtió la Prof. Rocío Ballón, docente de nivel superior de la Provincia de Buenos Aires, y agregó: “Con mucho esfuerzo hemos podido desplegar, más que nunca, una multiplicidad de estrategias, recursos, herramientas y dispositivos que no son los de la ‘prueba tradicional’ y que, de hecho, resultan muchísimo más enriquecedores para acompañar las trayectorias y los aprendizajes».

En concordancia, según el informe publicado, la mayoría de los estudiantes recibe devoluciones de sus actividades: 66,8% de los alumnos de escuelas privadas y 61,4% de los alumnos de escuelas estatales obtienen siempre una retroalimentación de sus docentes. El porcentaje de estudiantes que nunca recibieron una corrección es bajo: 5,3% en el sector privado y 10,6% en el sector estatal.




Asimismo, 3 de cada 4 familias valoran positivamente el trabajo de los docentes: 75,2% están conformes en el sector privado, mientras que la cifra es 71,6% en el sector estatal. “La mayoría de las familias encuestadas entienden y reconocen que los docentes hicieron el mayor esfuerzo posible, y eso es bastante razonable ya que actuaron con todas las herramientas que tenían a disposición, que a veces lamentablemente eran muy pocas. También cabe aclarar que si bien los gobiernos pudieron acompañar con programas de televisión, programas de radio, cuadernillos y plataformas; las escuelas y los educadores tuvieron que responder a la pandemia de forma aislada”, detalló Narodowski.




Sin embargo, los resultados del análisis también muestran que, tanto en las escuelas estatales como en las privadas, solo la mitad de los alumnos destina más de 3 horas por día a actividades escolares. Asimismo, 6 de cada 10 familias consideran que los alumnos están perdiendo aprendizajes importantes a causa del aislamiento. Si bien Narodowski acordó con este resultado, no dejó de advertir que el panorama es heterogéneo, ya que mientras un 50% de los chicos que están bajo la línea de la pobreza o tienen enormes dificultades de conexión están efectivamente perdiendo aprendizajes, existen instituciones con otras realidades.






Tiempo que destinan los alumnos a actividades escolares en escuelas privadas y estatales.






“Notamos que hay muchas escuelas con recursos económicos, técnicos y pedagógicos, a donde asiste la élite socioeconómica de la Argentina, que fueron resolviendo muy bien este 2020. Son espacios donde la conectividad está garantizada y los docentes ya venían trabajando con tecnología, y el único problema que tuvieron que afrontar fue la parte emocional de los alumnos. Estos recintos innovaron durante todo este año y probablemente tengan mucho para enseñarnos al resto del sistema educativo sobre los hallazgos que consiguieron”, explicó Narodowski.

Por último, respecto de la realidad de la educación a distancia, no dejó de advertir que las escuelas públicas y privadas son un lugar donde se defienden los derechos de los niños, sobre todo cuando ellos son vulnerados por sus familiares. “Tenemos datos alarmantes de que en los servicios de violencia familiar de los hospitales están recibiendo muy pocas denuncias porque antes se las tramitaban las escuelas. Hoy no es que no ocurren esas violencias sino que nadie se entera. Este es un efecto muy grave que tiene la pandemia y la educación remota en todos los niveles socioeconómicos, ya se que trata de un fenómeno que atraviesa a toda la sociedad”, concluyó.

La ausencia de exámenes

Rebeca Anijovich, profesora de la Universidad de San Andrés y de la Universidad de Buenos Aires, advirtió que las devoluciones que hacen los docentes constituyen una forma de evaluación, aunque los alumnos no rindan exámenes: “Es interesante entender que no tomar pruebas no significa no evaluar a los estudiantes. Se abrió un escenario para abordar la evaluación desde una función formativa como una práctica que nos desafía a pensar si es posible sostenerla al volver a la presencialidad”.

Por otro lado, y de acuerdo con la resolución del Consejo Federal de Educación referida a que no se calificarían con escalas numéricas las pruebas tomadas a estudiantes, Gabriela Azar, directora del Departamento de Educación de la UCA, consideró: «en las escuelas se ha intentado revalorizar los desempeños parciales y finales de los estudiantes en función de los aprendizajes prioritarios esperables por grado y por área». En tanto, advirtió que esto puede dispersar el foco de la evaluación y, sin una guía, puede traer aparejado que, al retornar al aula, no haya certezas de lo que los alumnos efectivamente han logrado aprender en la pandemia.

Para finalizar, según Gustavo Iaies, director de la Escuela de Gestión Educativa de ESEADE, la escasez de evaluaciones en las escuelas es un modelo general del sistema educativo argentino sobre el que habría que reparar. «Parece necesario pensar con más detalle la necesidad de las escuelas de contar con más información que permita pensar la situación de los alumnos y diseñar estrategias de mejora, y así contar con insumos claros para planificar el trabajo”, concluyó.

Sobre la encuesta

La encuesta fue respondida por familias en base a una muestra representativa a nivel nacional de 253 escuelas primarias comunes de gestión privada en ámbitos urbanos. Los datos fueron recogidos en línea, es decir que los resultados son representativos de hogares con conexión a Internet. El informe es el sexto de la serie La educación argentina durante la pandemia de Covid-19.

El Observatorio Argentinos por la Educación es un espacio de encuentro creado con el objetivo de involucrar a toda la sociedad en la mejora de la misma. Su plataforma interactiva, la más exhaustiva del país, contiene casi 90 millones de registros públicos sobre indicadores fundamentales del sistema educativo, como acceso y participación de los estudiantes, eficiencia del sistema (tasas de repitencia, tasa de promoción efectiva, etc.), recursos humanos, recursos físicos y financieros, y evaluación.

Fuente: Ámbito Financiero
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