Galería de fotos: Conocé la MAGIA NOCTURNA de LA CIÉNAGA y HUACO

El paisaje es del área protegida, ubicada a 25 kilómetros de la villa cabecera del departamento, que tiene cerros de aspecto volcánico y varios colores, es atravesada por el Río Huaco.

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Foto cortesía de Leandro López

Se viene una temporada de verano a pleno en San Juan con múltiples atracciones destinadas para el turismo.

Una de las propuestas lanzadas desde el Ministerio de Turismo y Cultura en conjunto con la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable, es la posibilidad de vivir una experiencia única realizando ecoturismo en áreas protegidas. En este caso, la belleza de la noche de Huaco y La Ciénaga.

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Huaco es una localidad ubicada en el Departamento Jáchal, en el centro norte de la Provincia de San Juan, Argentina, a 190 km de la ciudad de San Juan. Se encuentra en la intersección de las RN 40 y RN 150.

Por otro lado, La Ciénaga es un área protegida que abarca una superficie de 9600 ha., en el departamento Jáchal, al norte de la provincia de San Juan, a una distancia de aproximadamente 25 km de San José de Jáchal y 179 km de la capital provincial.​

La zona reúne valores destacables desde el punto de vista paisajístico y particular riqueza geológica.

"Regazo de tierras rojas, silencio hondo grito de zorzales
Cerros como quesos suizos hamacan el sol invisible de la siesta
En la cima de la virgencita del Carmen se posan pétalos de oro de la chilca dulce
Capillita recuerdo del teutón Suizer, casa de la reina mora
Secretos del abuelo Ado al oído de Cauquenes profundos
Perlas luminosas de noche deseos de lluvia de chañares y tamarindos
Incayuyo y poleo te curan Ciénaga limpia
Valle de los Molina, los Aballay y los Arancibia
Nostalgia de Ormeño, Rodríguez, Illanes, Bustamante y Oliva
Ciénaga rugido del Río Huaco y amor de jilgueros en el algarrobo
Aguas mansas bajan en brazos robustos sobre rocas de siete colores
Sedimentos de precordillera y vegetación de monte
bordean la tranquila turbulencia de río de prepuna
Higueras y perales endulzan el ocaso en el Santuario de las Aves
Picaflores, pitojuanes y jotes rompen los silencios roncos de la urbe
Las migas parecen chicles blancos que humean ardientes
con el quiebre del pan horneado en barro
Yerba mate y semitas de doña María amanecen el día de jornaleros
Ciudad de montañas diseñada a vientos y mares paleozoicos
como si un molde volcánico despedazara las rutinas
En el resplandor de los mediodías de verano vuelve el viejo Isaías a regar la tierra
Cofre de vivencias de los primeros cien pobladores
Lamento del migrante, delicia para el turista
Algún día te rendirán honores, Ciénaga diáfana voz de las aves nuestras.
Antes de que los buitres sobrevuelen en tu última hora"

Pablo Zama