Ejemplo de superación: nació con ceguera, se recibió, trabaja y ahora va por su segundo título

El jujeño Luis Alzogaray se desempeña en el Concejo Deliberante de Perico transcribiendo ordenanzas en braille.

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Derrumbarse ante tantas limitaciones, no intentarlo y esconderse en la soledad y la baja autoestima, esas podrían haber sido algunas de las opciones del joven Luis Alfredo Alzogaray (25 años) oriundo de la ciudad de Perico, pero su historia expone por el contrario, que si se puede y recuerda siempre las palabras de las personas que lo quieren, que un problema de salud no le impida lograr sus metas.

Desde el año 2014 inició su lucha para ser incluido en la Ley de cupo laboral para personas con discapacidad. El esfuerzo dio sus frutos y su pedido fue aprobado por unanimidad en el Concejo Deliberante de esa ciudad. Hecho que se dio por primera vez y hoy tiene un trabajo en el parlamento periqueño.

De lunes a viernes, de 8 a 13, se sienta frente a la máquina adaptada al sistema braille y transcribe ordenanzas, normativas y leyes vigentes que amparan a las personas con discapacidad. Además, para que toda la comunidad interesada pueda acceder a esa información.

Y como si fuera poco, en el 2019 se recibió de técnico en Trabajo Social y prevé culminar la licenciatura en la Universidad Católica de Salta (Ucasal). Paralelamente hizo la carrera de locutor nacional y está a un año de obtener su segundo título profesional.

La historia de este luchador jujeño comienza el 16 de febrero de 1995, cuando nació luego de seis meses de gestación y con ella tuvo una ceguera bilateral debido a que lo dejaron mucho tiempo expuesto a la incubadora y la luz le afectó los ojos, provocándole el desprendimiento de retina. Mientras crecía y daba sus primeros pasos, sus padres le brindaron todo el apoyo y la estimulación temprana para que se adapte al mundo como cualquier otra persona. Desde pequeño, Luis tuvo en claro lo que quería y no bajó los brazos. Sin embargo, reconoció que la etapa de la primaria y la secundaria fue una constante adaptación. Sumado a que le costaba hablar con las personas sobre su discapacidad.

Luchar contra los prejuicios

Recordó que, en los primeros años en la escuela, vivió cierta marginalidad debido a que algunos directivos se oponían recibir a un niño con esa dolencia física. «Por miedo a no saber cómo tratarme, porque decían que no era accesible el edificio. Había que luchar contra algunos prejuicios. Ahora las cosas son diferentes, un chico con alguna discapacidad es integrado más rápido a una escuela y eso me parece un gran avance» mencionó. No obstante, dijo que los años en la secundaria los disfrutó al máximo y pudo compartir el viaje de egresado con sus compañeros en la provincia de Córdoba.

Con el paso del tiempo entendió que hay gente de buen corazón que realmente no buscaba hacerle daño al preguntar sobre su discapacidad, sino querer conocerlo. Su misma actitud y ganas de enfrentar la vida lo llevó a poder socializar con sus pares, amigos y familiares.

«Que nadie te limite»

Cada obstáculo que se le presentaba lo convertía en una oportunidad. No poder acceder a una pensión lo llevó a que decida estudiar, formarse y trabajar. Desde su lugar quiere que los organismos públicos sean más accesibles y les aseguren una fuente laboral a las personas con discapacidad. «Si bien tenemos mucha tarea para lograrlo, yo voy a aportar mi granito de arena, tenemos varias ideas para hacer, pero por ahora comenzamos con la accesibilidad de ordenanzas, hacer un resumen de las mismas y pasarlas en braille», dijo. Otra de las aspiraciones que tiene el joven a futuro es, ejercer su profesión como trabajador social, realizar visitas a familias vulnerables y ayudar a quienes más lo necesitan.

¿Superación? Al mencionar esta palabra, lo primero que se le viene a la cabeza a Luis Alzogaray es dejar de lado los prejuicios, pasar los obstáculos, «hacer lo que te gusta y que nadie te limite a lograr tus metas».

Fuente: El Tribuno Jujuy