Identificaron una nueva cepa de coronavirus en un bebé recién nacido

Internacionales

Fue en Suecia. El lactante se contagió de COVID-19 dentro del vientre de su madre.









Aunque es común que los virus muten, esta mutación (llamada A107G) ocurrió sólo cinco días después del nacimiento de un bebé. Los cambios genéticos pueden haber sido estimulados por el niño que entra en contacto con el ambiente externo fuera del útero de la madre. Sin embargo, fue sorprendente lo rápido que ocurrió.



La historia de un caso único


Una mujer embarazada con síntomas de COVID-19 fue trasladada en ambulancia al Hospital Universitario de Skåne, en Malmo, Suecia. También tenía dolor abdominal, severo y repentino.


Durante el chequeo, los médicos detectaron que los movimientos fetales se redujeron, había signos de falta de oxígeno y disminución del sonido cardíaco. Se decidió realizar una cesárea de emergencia. Los análisis de sangre del bebé confirmaron que tenía los niveles de oxígeno severamente bajos y los hisopados mostraron que tanto la madre como el bebé tenían COVID-19.


Es el primer caso de transmisión vertical (de madre a hijo) en el útero que produjo una mutación del virus en el recién nacido. A esta nueva cepa, la denominaron A107G. Los detalles fueron publicados en la revista científica British Journal of Obstetrics & Gynaecology.





“Mis colegas y yo, que formamos parte de un equipo de estudio en el hospital, descubrimos que el genoma viral en la madre y el bebé era idéntico. Dado que el bebé había sido aislado de la madre directamente después de la cesárea y no había entrado en contacto con otros miembros de la familia cuando se realizaron estas pruebas, los hallazgos confirmaron que el bebé estaba efectivamente infectado antes de nacer”, explicó a medios locales Mehreen Zaigham, investigador posdoctoral del Hospital Universitario de Skåne.




Los hallazgos más importantes fueron los cambios que se vieron en la placenta, que lleva sangre y nutrientes al feto, elimina los residuos y es fundamental para el crecimiento y el bienestar del feto.


“Descubrimos que la mitad del tejido estaba dañado. Hubo inflamación generalizada y encontramos proteína de coronavirus tanto en el lado de la madre como en el del feto de la placenta. También hallamos proteína de coronavirus en todas las áreas que fueron dañadas por la inflamación”, detalló el investigador.




La madre se recuperó rápidamente de su infección por COVID-19 y fue dada de alta cuatro días después del parto, pero el bebé necesitaba atención neonatal, ya que nació prematuro, en la semana 34 del embarazo. El bebé desarrolló anticuerpos contra el virus y no tenía síntomas graves después del nacimiento. Fue, por lo tanto, su propio sistema inmunitario el que neutralizó el virus, ya que no se encontraron anticuerpos en la leche materna.




“Puede ser que tengamos que repensar el seguimiento de las mujeres embarazadas que tienen COVID-19 y considerarlas un grupo de riesgo más claro que el actual”, advierte Zaigham.


Esto se hace eco de una recomendación que la Junta Nacional Sueca de Salud y Bienestar emitió la semana pasada: las mujeres embarazadas infectadas en la semana 22 o posterior deben ser consideradas como pertenecientes a un grupo de riesgo, ya que es probable que den a luz prematuramente.


“Durante el primer año, los niños suelen depender de anticuerpos de la madre, pero aquí pudimos demostrar que el niño formó sus propios anticuerpos contra el virus”, concluyó el experto.


Fuente: TN
Te puede interesar
Lo más visto