Tras 50 años juntos, sus 10 HIJOS les insistieron para que se casen: "son un ejemplo"

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juan y eva
juan y eva
Se trata de Juan Reyes García y Eva Beatriz Correa. Son pareja desde hace 50 años y tuvieron 11 hijos, pero uno falleció. Tras el pedido de los 10, pasaron por el Registro Civil de Victoria y, ahora, son marido y mujer.








La familia García – Correa vive en Puerto Esquina, Corrientes, desde hace 50 años. Tuvieron 11 hijos, uno falleció de pequeño. La mayor de las 6 mujeres, Adriana Raquel, fue un poco la impulsora de la unión civil de sus padres y contó con el apoyo de sus otros hermanos, y los 16 nietos y dos biznietas del matrimonio.

La feliz pareja dio el sí el martes pasado, a los 71 años, y ya quieren reafirmar este compromiso civil en la Iglesia. Adriana contó cómo ha sido esta vida de amor y sacrificio, donde no faltaron periódicas crecientes que inundaba las esperanzas de este paraje rural, haciendo más dura cada jornada; y donde hace 32 años perdieron a su onceava hija, de tan sólo 8 años, por una falla renal que luego evolucionó en un cuadro más severo.

Adriana mencionó que se hicieron varios intentos para que sus padres se unieran formalmente, papá dijo que sí y mamá creyó que después de tantos años juntos ¿para qué?, pero el que no persevera no triunfa, y como todo hijo que quiere ver a sus padres en el altar, ahí fue de nuevo. “Ahora mami dijo que sí, y la verdad, ¡estamos tan contentos!; y verlos bajar del Registro fue una emoción grande”.

En el Registro Civil, les leyeron un detalle del acta, donde se les insta a apoyar y acompañar al ser querido para armar un proyecto, juntos. Y dicen que hubo un par de sonrisas cómplices y oportunas: “eso venimos haciendo”, respondieron Juan y Eva.




Dónde se conocieron

“Se conocieron en Rincón de Nogoyá y no tenían más de 18 años, bueno tal vez 19, y siempre vivieron en el campo, aunque, consolidada la relación, nuestra mamá se fue a Buenos Aires para trabajar y ganar más dinero para la casa. Desde allí le escribía cartas que mami aún conserva y atesora”, dice Adriana a modo de confesión.

Y añade: “siempre se amaron, y nos enseñaron a compartir ese cariño y respeto a todos. Creo que si hay un valor que nos define como familia es el compañerismo”, dice Adriana, que junto a María Rosa (otra de las hermanas) hicieron el contacto con nuestro cronista para brindarnos detalles de esta historia. “Pero la de la idea soy yo, luego de consultarlo con mis hermanos, por supuesto”.

Los hermanos tienen un grupo de WhatsApp donde se pasan las novedades, ya que de los 5 varones, no todos se quedaron en Victoria; uno está en Rosario y otro en Córdoba, por ejemplo. “Con la aprobación de todos iniciamos los trámites el 28 de abril, y por suerte las autoridades del Registro Civil accedieron a casarlos en esta fecha, porque no estaban admitiendo ningún trámite, pero al saber la razón hicieron la excepción”.

“Han sido para nosotros un ejemplo, porque como cualquier relación han pasado buenas y malas, con aciertos y desaciertos, pero siempre se apoyaron para seguir adelante”, destacó.

Las dos hijas más chicas nacieron en Victoria (la menor tiene 32 años), el resto en el campo, “asistidos por la partera y de forma natural”.




“Mis hermanos mayores no terminaron la escuela porque debieron ayudar a mi viejo; yo trabajé a la par de ellos con 14 años, cuando se necesitó, y sobre todo cuando falleció mi hermana, momento en que sinceramente vi morir también a mis padres”.

Juan siempre vivió de la pesca y también supo ser peón rural; Eva se encargó de los hijos haciendo las veces de ‘ama de casa’, roles tan tradicionales como definidos por la “honestidad y el compañerismo; somos muy unidos, papi nos enseñó que, a pesar de no acordar en todo, debemos apoyarnos, y jamás nos peleamos delante de ellos, ni ellos de nosotros. Creo que tiene mucho que ver con el respeto bien entendido, así como ese valor de la palabra de la gente de campo, con el que crecimos”.

Fuente: Paralelo 32
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