El veterinario sanjuanino que se convirtió en el ángel de los animales

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Rodolfo hace su trabajo por amor y atiende a los animales con mucha dedicación y pasión. Es reconocido por los animalistas de San Juan porque siempre les brinda ayuda y realiza gratis su trabajo cuando alguien no puede pagarle.






Foto: Marcos Agüero.

En la actualidad es difícil conocer el total de animales callejeros que hay en la provincia de San Juan. Si bien la población de gatos y perros está bastante controlada, pues la mayoría son domésticos, hay muchos que no lo son y sufren viviendo en las calles. Además, en ocasiones hay maltratos y desinterés por parte de muchos sanjuaninos hacia ellos. Y es ahí donde intervienen asociaciones u ONG que se dedican a su rescate y cuidados. Hace lo mismo gente desinteresada que dedica tiempo de su vida para ayudar en esta causa.

Una de estas personas es el veterinario Rodolfo Enrique Dallazuana, quien en forma gratuita ayuda a varias organizaciones a curar y esterilizar a animales callejeros. Además en su veterinaria no suele cobrar a dueños de mascotas que por sus escasos recursos no pueden pagar una atención. Es un hombre simple, que desde el anonimato contribuye en una buena causa por los animalitos necesitados.

Rodolfo es veterinario desde hace más de 29 años. Tuvo la vocación de ayudar a los animales casi desde siempre, pues desde niño tenía muy claro a lo que se quería dedicar. Sin embargo, estudió en la Escuela de Comercio donde cursó Perito Mercantil en el Bachiller como mandato familiar.

Cuando egresó se instaló en Santa Fe, donde estudió veterinaria en la universidad en la localidad de Esperanza. “Me costó mucho estudiar fuera de la provincia. Tuve que hacer de mozo, lavacopas, barman, serenos y demás para costear la carrera. Me formé en un una universidad pública en donde no pagamos nada como en una privada. Entonces dentro de mis valores me parece que uno tendría que devolver a la sociedad lo que ésta, a través de los impuestos, nos ha dado formando profesionales”, cuenta Rodolfo en una entrevista para DIARIO MÓVIL.




En San Juan ayuda a casi todas las asociaciones protectoras, principalmente a APA, La Protectora Sarmiento, Yastay, Callejeritos San Juan y otras más más pequeñas que se han ido abriendo con menos voluntarios. “Esta es una de las bases que siempre tuve, el de devolver algo de lo que uno recibió. En la misma Facultad funciona un hospital escuela en donde tenemos una casuística bastante elevada y allí creo que aprendí que uno no siempre tiene que vivir de la parte lucrativa, sino ayudar también con contribuir a la sociedad”,  dice Rodolfo.
ADEMÁS, CUANDO RODOLFO VE A DUEÑOS DE MASCOTAS QUE NO PUEDEN PAGAR LAS CONSULTAS ÉL “ATIENDE DE CORAZÓN”.

Las respuestas por parte de la gente hacia su contribución social le dieron grandes satisfacciones. El año pasado tuvo dos homenajes por parte de grupos que se citaron a través de las Redes Sociales. “El más grande fue el 3 de diciembre pasado, fue una gran emoción para mí. Un grupo de cien personas que se convocaron por las Redes llevaron a mi local con cantos y una gran cantidad de insumos para que trabajara y ayudara a los animales. Estos reconocimientos que uno no espera te llenan el alma”, cuenta Rodolfo.

Hay muchas ganas de ayudar en la provincia, especialmente son grupos de chicos que, mediante el voluntariado, disponen de sus hogares para contener a algunos animales de tránsito hasta que logran ser adoptados. Otros ponen su movilidad para trasladarlos. Hay muchas personas que ayudan de forma anónima. Y sobre esto Rodolfo. “Si entre todos damos una mano, de a poquito logramos hacer mucho. Pero falta aún mucha conciencia y educación con respecto al tema de mascotas. Sin embargo, con los años se ha ido logrando una gran concientización en el cuidado de animales, en no promover la reproducción indiscriminada. Aún estamos atrasados, pero uno ve cambios en la gente que son cada vez más sólidos.”

Pese a su edad y problemas de salud, Rodolfo tiene aún un sueño que aún conserva de su época de niño, y que espera poder lograr: tener su propio predio a modo de hospital para tener muchos animales y cuidar a los que necesiten de contención o estén heridos. “Son sueños que uno tiene, pero si no lo puedo lograr voy a estar feliz si en un futuro los jóvenes se suman a esto, algo tan lindo como es ayudar a nuestros verdaderos compañeros de la vida”, concluye Rodolfo.
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