Jorge, el sanjuanino GUARDIÁN de las abejas

San Juan
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La actualidad estos las abejas están desapareciendo a un ritmo acelerado, y la principal causa es el avance del hombre en contra de la naturaleza. Ante esto, un sanjuanino tomó la posta y decidió aportar su granito de arena creando dos santuarios para la protección de estos pequeños insectos. Estos refugios son los únicos en la Argentina y uno de los pocos en el mundo.






Todo lo que se ve en la naturaleza depende, de alguna manera, de las abejas. Ellas son fundamentales para la reproducción de la mayoría de las especies vegetales y, en consecuencia, para que los animales que se alimentan de ellas puedan crecer. Cerca del 80% de los cultivos del mundo dependen de su polinización. Por esto, sin abejas no hay vida.

Sin embargo, en la actualidad estos pequeños insectos están muriendo en una proporción de un 30% anual, una tasa que representa el doble de la considerada normal. La causa de esta mortalidad acelerada tiene que ver con la contaminación, el calentamiento global, los agroquímicos y otros factores que tienen a los humanos como principales responsables.

Ante esta situación, hay un sanjuanino que desde hace unos años tomó la posta para tratar de revertir esta situación y contribuir para el cuidado de estos pequeños insectos. Se trata de Jorge Suárez, quien creó los dos únicos santuarios para abejas en la provincia.

“Soy apicultor desde hace 40 años, pero nunca he ejercido porque la vida me ha ido llevando por otras circunstancias, pero siempre me he movido por los ámbitos del campo, que es algo que me apasiona. Entonces me dije que, si soy apicultor por qué no hacer algo por las abejas, ser consecuente con este deseo de conservar el medio ambiente”, cuenta Jorge en una entrevista para DIARIO MÓVIL.

Uno de los santuarios creados por el apicultor se encuentra en Las Tumanas, en el departamento Valle Fértil. El otro se encuentra en la Estancia Maradona, en el puesto Agua Pinto, departamento Zonda. Se conforman gracias a los rescates que Jorge realiza a partir de enjambres y colmenas que se forman en zonas urbanas.

Lo trascendental de estos santuarios es que existen unos pocos en el mundo, pues solo se puede encontrar algunos en Australia, España y México. En el caso de Sudamérica, y particularmente en la Argentina, los únicos refugios para abejas que se han creado son, justamente, los de la provincia de San Juan.

“Esta es una característica especial de la cual me siento muy satisfecho de haberlo formado. A las abejas las trato con cariño, con respeto, y recibo de ellas también la misma predisposición para que yo me las pueda llevar sin ningún tipo de problema”, expresa.

Cada uno de los santuarios cuanta con varios apiarios y la posibilidad de ampliarlos. Esto depende de los rescates que se realicen y, para ello, Jorge ha armado un sistema con equipamiento específico que le permite hacer la captura de las colmenas ante las muchas alternativas que se presentan, ya sea en distintos espacios en el interior y alrededores de las viviendas, como entre las ramas de los árboles o sitios de difícil acceso.

Además, utiliza cajas de maderas que fueron especialmente fabricados por él para proteger a las abejas durante el transporte. Por tanto, todo es realizado con sumo cuidado para cuidar a cada insecto y que estos lleguen en perfecto estado a los santuarios.

“La realidad es que vengo muchas veces escuchando a gente que dice que hay que preservar el medio ambiente, el equilibrio ecológico, hay que cuidar la naturaleza. Pero en la realidad no veo que esa expresión de deseo sea ejecutada en realidad por aquellos que lo pregonan. Entonces empecé a instruirme más sobre el tema de la apicultura y me fui equipando con ciertos materiales que necesito para hacer rescates de ciertos enjambres de abejas”, expresa.

Hace ya varios años Jorge comenzó a realizar esta actividad y acudió a distintas instituciones del Estado, como la policía, bomberos e, incluso, los mismos municipios, para que lo contactaran en caso de presentarse emergencias relacionadas con enjambre. Así, con el pasar del tiempo armó una especie de red ante las distintas emergencias que fueran sucediendo ante la presencia de las abejas.

“Desde hace algunos cuatro años que me dedico a hacer rescates. Diría que recibo por año más de 100 llamadas telefónicas. Creo ser el único que se dedica a esta actividad sin sacar algún beneficio económico. Todo esto lo hago bajo mi entera responsabilidad económica. Es decir, no le pido nada a la persona”, explica.

 

Santuarios para proteger la naturaleza  

La idea de los santuarios es generar una nueva forma de acercarnos a las abejas, de manera respetuosa y consciente, para la reconstrucción de la naturaleza, la floración y el reverdecimiento del entorno. Por ello, los sitios elegidos para tal fin no son caprichosos, sino porque reúnen ciertas condiciones para albergar a esto insectos.

“Creo que este concepto nuevo llama la atención, y la gente se pregunta qué son los santuarios, que los únicos que conocen son en donde se venera. Pero en este caso se protege a un insecto que tiene posibilidades de extinguirse y son fundamentales para la vida del ser humano”, cuenta Jorge.

En el caso del santuario ubicado en el puesto Agua Pinto, en la Estancia Maradona, este lugar cuenta con una floración abundante en sus 41.000 hectáreas. Además, el apicultor dispone las colmenas en puntos estratégicos para que se generen entornos idóneos que permite a las abejas la supervivencia por sí solas.

Por su parte, en el refugio que se encuentra en Las Tumanas, allí Jorge trabajaba coordinadamente con un grupo de 10 jóvenes que viven allí. “Son jóvenes muy comprometidos con la naturaleza, con la vida ecológica. Ellos han armado una comunidad, que es Sacha Mama, y producen sus alimentos”. 

Cabe destacar que a diferencia de otros santuarios que se encuentran en otras partes del mundo, los dos santuarios apícolas sanjuaninos no buscan generar algún redito económico. “La realidad es que yo no me dedico a la comercialización de ningún producto ni subproducto de las abejas, pero sí entiendo que debería de construir con un insecto que es el responsable de que el ser humano pueda consumir frutas y hortalizas porque es la responsable de la polinización”, expresa.

Los santuarios en la provincia permiten proteger para cuidar la biodiversidad y convivir de manera armoniosa con la naturaleza; y Jorge con este trabajo que realiza de manera desinteresada busca que más sanjuaninos se sumen a esta movida por la protección del ecosistema

“La verdad es que siento muy contento y conforme de haber podido armar estos santuarios apícolas. Espero que la gente entienda un poco el concepto este de la protección de estos insectos que tan beneficiosos son para el ser humano y que los cuide”, concluye.
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