San Juan se suma a la tendencia de reciclar ropa para crear nuevas prenda

Cultura
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La industria de la moda es una de las más contaminantes por los procesos y materiales utilizados para la elaboración de prendas. Ante esto surgió un movimiento ecologista que busca limitar este impacto en el medio ambiente, y en la provincia de San Juan se destaca una diseñadora que apuesta a este concepto con su marca de ropa.






Reciclar se ha convertido en una de las prácticas obligadas en el mundo. Hay reciclaje de plástico, papel, vidrio y metales; y desde hace un tiempo también se ha sumado la moda. Esto no solo supone una mirada amigable con el medio ambiente, sino tener presente del mismo modo el concepto de consumo consciente a la hora de comprar ropa.

Si bien hay muchos emprendimientos por redes sociales que se encargan de rescatar ropa en buen estado y venderla bajo el lema del reciclaje y la concientización, hay quienes se animan a ir más allá y generar ropa a partir del “desguace” de una o varias prendas que se transforman en una nueva.

De esta práctica surgió el término de upcycling, que proviene de las palabras en inglés Upgrade (mejorar) y Recycling (reciclar). La diferencia que tiene esta innovadora medida con respecto al simple reciclaje es que permite el paso de la moda a la creación de prendas. Ya que no es que simplemente se recicla, sino que también se le da un valor agregado a la nueva creación.

En este sentido, en la provincia de San Juan hay una diseñadora que se destaca en esta nueva concepción de la moda, y decidió apostar a esta movida con una marca propia de ropa. Se trata de Ana Ávila, quien luego de experimentar y ser autodidacta encontró su pasión en darles nueva vida a prendas descartadas.

“Reutilizar textiles que ya existían fue un viaje. En mí primera exploración probé con todo tipo de material de descarte. No solo textil, sino también con lonas de banners en desuso, bolsas plásticas y sachet, por ejemplo. La experiencia fue muy buena, pero finalmente decidí quedarme con la reutilización de pantalones denim”, cuenta Ana en una entrevista para DIARIO MÓVIL.

Para la emprendedora, los motivos para adentrarse en este mundo del upcycling son varios e importantes. Ella es consciente de los prejuicios que ocasiona la industria textil al medio ambiente, y esta realidad sumada al  fast fashion -la moda rápida y la rotación de prendas- que incita al consumo desmedido rigiéndose en comprar, usar y tirar, contribuye aún más al impacto negativo en el planeta.

Pero no sólo se trata de no tirar la ropa, o de transformarlas en otras prendas, sinoque, además, esta práctica colabora al ahorro de recursos y energía que conlleva la fabricación de nuevas prendas. “Para hacer un par de jeans son necesarios más de 10 mil litros de agua, eso equivale al agua que un ser humano consume en 100 días. También las propiedades del denim para su lavado son muy buenas, eso ayuda a qué el producto perdure más en su uso. Su deposición final en la tierra es muy buena, ya que, si es 100% algodón, se desintegra más rápido al ser enterrado, aunque ahora hay mucha mezcla con hilos de plástico que dificultan esta acción”, explica Ana.

La diseñadora ha recuperado tejidos de prendas abandonados para darles una segunda vida, mucho más cualitativa, y la respuesta de la sociedad ante su propuesta ha sido muy buena, pues ella sostiene que ya hay un cambio en el pensamiento de las nuevas generaciones, que toman conciencia de la problemática medioambiental que nos afecta a todos, y que se suman a estos movimientos.

“Hemos llegado a un límite y estamos desbordados de la basura que generamos a diario. Reciclar es un camino, pero el verdadero cambio empieza en casa, aprendiendo a hacer compost con el descarte orgánico, consumir productos sueltos, sin tanto envase. Hay que ser creativos, y exigir con leyes a los productores que repiensen nuevos diseños de envases, esto es urgente. Nosotros como cuidamos tenemos que exigir y hacer el cambio en casa, aunque sea para que tu hijo o sobrino te imite algún día, eso ya es un montón”, expresa.

Una pasión adaptada a la economía circular  

La marca de la diseñadora sanjuanina- que es Ana Ávila- tiene tres ejes como base proyectual: el reutilizar la mayor cantidad de tela posible, desarrollar los productos con mano de obra local y lograr un producto de alta calidad y gran durabilidad, todas consignas desarrolladas bajo el paradigma de la economía circular que ofrece el upcycling.

A través de un camino de prueba y error fue descubriendo las características estructurales de cada género y las limitaciones que imponen, teniendo como tela principal en sus creaciones los denim obtenidos de jeans en desuso.  El proceso que sigue es el de recibir las donaciones, lavar la prenda y luego descoserla para obtener así la materia prima sobre la cual trabajar un nuevo diseño.

“Es todo un tema porque te tenés que adaptar a lo que se tiene. También creo prendas a partir de otras heredadas de tías y abuelas, y lleva mucho más tiempo desarmar y rediseñar a partir de lo que ya está hecho. Con el denim decidí hacer en su mayoría accesorios, o prendas de segunda piel, cómo enteritos, camperas y vestidos”, explica.

Además, a los productos que diseña se le puede sumar una identidad particular. Así, al recuperar prendas ya confeccionadas, los productos resultantes tienen una impronta muy fuerte, una estética particular. También, Ana apuesta a una moda lenta y trabaja a medidas sobre muchos diseños que se adaptan a cuerpos reales.

Actualmente se encuentra trabajando en una colección atemporal que espera presentar antes de junio. “Las prendas de Ana son ideales para usar en eventos especiales, es diseño de autor y es arte consiente. Están concebidas a partir de un gran trabajo de desarme, ensamble y rediseño. Son procesos largos pero el resultado siempre me conmueve y es lo que más me gusta hacer”, concluye.
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