Es sanjuanino, tiene 16 años, perdió a su familia por COVID y gracias al fútbol salió adelante

San Juan
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Facundo es un joven que tiene sueños grandes. El año pasado perdió a su abuelo y su mamá debido al coronavirus, y pese a su dolor no baja los brazos y se concentra en el fútbol para salir adelante. Para él, el perseguir sus sueños es homenajear a la familia que perdió.






Perder a un ser querido es uno de los impactos psicológicos más fuertes que afrontamos las personas, pero la pandemia originada por el COVID-19 hace que este proceso traumático sea mucho más complejo y difícil de asumir. La enfermedad tomó por sorpresa a la humanidad entera y por nuestra propia naturaleza, frente a situaciones imprevistas, no siempre se sabe cómo actuar.

En este tiempo mucho se ha hablado sobre las consecuencias psicológicas del coronavirus en el país, particularmente en San Juan, y en la llamada curva de salud mental se sigue mostrando valores altos en incertidumbre, preocupación, ansiedad, angustia y tristeza. Por ello, enfrentar el duelo de una familiar o personas cercadas por esta enfermedad suele ser más complicado por la sumatorias de emocionales que se tiene.

Sin embargo, hay varias historias de vida que reflejan que muchos han logrado o están sobreponiéndose del fallecimiento de seres queridos por el COVID- 19. Una de esas historias es la que atraviesa un joven del departamento de Rawson, quien tras perder a su abuelo y madre por coronavirus se aferra al fútbol para salir adelante.

Se trata de Facundo Ibáñez. Él tiene 16 años, vive en Rawson y pese a su corta edad ha vivido de cerca un sinfín de emociones. En enero del 2021, el joven perdió a su abuelo por esta enfermedad, y en julio de ese mismo año, su mamá falleció a causa de la misma.

En diálogo con DIARIO MÓVIL, Facundo contó que lo ocurrido con su familia fue para él muy doloroso. “Hace un año mi vida cambio por completo”, expresó. Sin embargo, lejos de refugiarse en las emociones negativas por el duelo, el joven decidió concentrarse en lo que más ama para salir adelante: el deporte.

No es para nada fácil para “Facu”, como lo llaman en su familia. Pero siempre ha contado con el apoyo fundamental de sus hermanos Vilma, Romina y Mario. “Ellos son los pilares fundamentales en mi vida”, sintetizó. Además, dentro de la cancha siente que tiene su cable a tierra.

Facundo juega a la pelota desde que era un niño. Comenzó en una escuelita de fútbol que estaba cerca de su casa y actualmente es parte de las inferiores del Club Atlético Unión, donde juega como lateral derecho o volante, que son sus posiciones preferidas dentro del campo. En la mañana asiste a la escuela y por las siestas entena.




“El fútbol es muy importante en mi vida. Cada vez que entro a la cancha me olvido del afuera.  Mi sueño es debutar en primera”, expresó el joven. Llegó al club de Villa Krause en el 2019, y para ello hubo un gran esfuerzo por parte de su madre, quien estuvo a su lado en todo momento y lo incentivó siempre a que persiguiera sus sueños.

Precisamente esto es lo que lo motiva a seguir adelante, el no bajar los brazos peses a las vicisitudes que enfrenta en la vida. El seguir jugando al fútbol e intentar jugar en la primera, es hacerle un homenaje al recuerdo de su madre y abuelo, y sentir que están a su lado. “Les diría que me sigan acompañando y apoyando. Espero que el día de mañana se sientan orgulloso de mi”.

Facundo vive en la casa junto a sus hermanas, Vilma y Romina, quienes son madres. Romina además tiene un emprendimiento propio de pastelería para sumar ingresos a la economía del hogar. Además, la vivienda fue fuertemente afectada por último terremoto que sacudió la provincia.

El esfuerzo que hace su familia para que el joven pueda perseguir sus sueños es grande, pero él lo recompensa siempre. No solo es buena una buena persona, sino que lleva bien sus estudios académicos y tiene ganas de emprender una carrera universitaria cuando termine la secundaria.




A la espera de la ley Martina 

El proyecto de Ley Martina busca que el Estado brinde amparo económico y psicológico a los niños cuyos padres fallecieron a causa de esta enfermedad. El caso que da origen a esta ley se produjo cuando Cecilia Rivas murió por coronavirus el 13 de junio del 2021.

Esto sucedió tres semanas después de parir a Martina. En menos de un mes, Tamara de 20 años, Giuliana de 17, Mia 11 y la pequeña Martina quedaron huérfanas por la pandemia. El marido de Cecilia y papá de las chicas, Rodolfo Guevara, falleció dos semanas antes que su mujer, también por el virus. Alcanzó a saber del nacimiento prematuro de niña, cuando Cecilia fue internada con problemas respiratorios y le realizaron una cesárea.

Los padres no estaban vacunados. El estricto protocolo Covid del hospital impidió el contacto de la madre y el padre con la bebé. La mamá alcanzó a oír el llanto de su hija recién nacida durante el parto, pero no pudo verla. La pareja murió sin conocer a Martina.

En este sentido, Facundo con sus hermanos están al pendiente en que salga esta ley, puesto que le ayudaría a poder seguir estudiando y tener un sustento fijo para los gastos.
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