La EMOCIÓN de abrir casa propia tras 42 años de lucha

Armando y su mujer esperaban por este momento desde que se casaron. Pero debieron alquilar para formar una familia. "Si nos ponen la luz, hoy mismo nos venimos"; dijo el hombre entusiasmado con su flamante casita del IPV. 

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Armando Oro fue uno de los beneficiados con viviendas del Barrio AMED en Rivadavia. Recibió el manojo de llaves por el que tanto luchó y se fue rápido a probarlas. Su historia es esperanzadora para los que, como él, esperaron mucho para tener casa propia. "Intentamos primero en el barrio Los Pinos, después intentamos en los sorteos; nunca tuve suerte hasta ahora"; contó a DIARIO MÓVIL. Desde que se casó con su señora en 1975 buscaron cómo armar su hogar. Pero el tiempo pasaba y llegaron los hijos, y después los nietos. Sin embargo, no se resignaron.

Hace 12 años se le abrió otra puerta. Gracias a un sobrino encontraron la operatoria de vivienda a través de la mutual. Comenzaron a pagar la carpeta, mientras en paralelo seguían pagando el alquiler para vivir. Después de tanto esfuerzo finalmente llegó la entrega del barrio y pudieron abrir la puerta de su casa propia.




Armando, su esposa, sus tres hijos y seis nietos entraron emocionadísimos a la casa nueva. "Si nos ponen la luz, nos venimos hoy mismo", contó entusiasmado Armando. Y es que en su casa de alquiler está ya todo empacado para la mudanza. Hasta los nietos ayudaron a armar los bolsos. "Anoche estuvieron hasta las 2 de la mañana con nosotros para ordenar. Y ahora los voy a tener todos los fines de semana", imaginó el flamante adjudicatario.

Además, le urge dejar de pagar los $4800 mensuales de alquiler para volcarlos a la cuota, ladrillones y hierro para hacer la medianera. Saben de construcción así que se darán maña. Además, conocen a casi todos los vecinos de tanto militar por el sueño; ahora cumplido.