Gracias a DIOS y un GRAN AMIGO, una sanjuanina encontró donante para tener mejor vida

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marianela y juan manuel (1)
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Es la historia de Marianela y Juan Manuel, el esposo de su mejor amiga Gema. Son circulistas de la fe católica. Y por esas "diosidades" y una tremenda generosidad se podría concretar el transplante de riñón para que la joven tenga mejor vida. Solo falta un fallo judicial.




 

Las personas de fe ven la mano de Dios en donde otras ven casualidades. En este caso, la seguidilla de coincidencias habla más de un milagro en proceso que del azar. Es la historia de Marianela Rodríguez. Ella nació con una malformación en sus  riñones que desencadenó desde muy temprano en insuficiencia renal crónica. Toda su joven vida la pasó con medicación y controles. Pero en 2013 se complicó su cuadro cuando sus órganos dejaron de funcionar y entró en lista de espera. Sus estudios, la danza y cualquier posibilidad de un viaje de más de 3 días se esfumaron. A los 23 años comenzó a dializarse tres veces por semana, por cuatro horas. Su vida quedó atada a la máquina. Y entonces, gracias a Dios se abrió una ventana.

“Como yo le digo siempre a Juanma: “en el cielo les llaman ÁNGELES y en la Tierra, DONANTES”. Realmente él es mi ángel que viene a regalarme vida”, contó a DIARIO MÓVIL Marianela.


Marianela y Gema se conocieron en un retiro espiritual hace 10 años y forjaron una gran amistad

“Hace casi 10 años nos conocimos por un retiro espiritual que se llama Eslabón en círculos de juventud. Quedamos haciendo círculo, como se dice. Ahí nos hicimos muy amigas con Gema y ella lo conoció a Juan Manuel. Se enamoraron y se casaron. Ellos conocen mi enfermedad desde el principio porque en ese retiro conté mi historia. Mi mamá, mi hermano, tíos y hasta una prima de mi mamá hicieron los estudios y no eran compatibles para un transplante de donante vivo. Mi grupo sanguíneo es B III negativo y eso reduce las chances de encontrar compatibilidad, incluso dentro de la familia. Y en febrero de 2017 me invitaron a cenar y él me contó que habían charlado de la decisión y que quería ser donante. Fue una sorpresa que no puedo explicar, no tengo palabras para la ilusión y el agradecimiento. El solo hecho de que quiera intentar, hacerse los estudios que pueden ser invasivos; ya para mi ¡era un gesto tan grande!”, dijo Marianela.


U día la invitaron a cenar para contarles la decisión de donar

Aún quedaba lo más complejo: la compatibilidad. Al encarar los estudios les advirtieron que no se ilusionaran demasiado porque las chances de hallar donante vivo compatible fuera de la familia eran casi nulas. Pero, ¡Oh diosidad! Eran compatibles.

Y ahí arrancó todo un proceso de más de un año de averiguar cómo hacer. Ella ya conocía algo del sistema porque su hermana melliza sufría la misma condición. Al quedar embarazada perdió su función renal, pero su marido pudo ser su donante. Sin embargo, en el caso de Marianela y Juan Manuel, al no compartir vínculo sanguíneo, el trámite debe ser autorizado por un juez tras probar que la amistad es verdadera y no medió otra circunstancia en semejante donación. En paralelo, los trámites en la Obra Social Provincia, para cubrir los gastos de la cirugía para los dos. Finalmente ese trámite se completó y, una vez que el nuevo juez del 9° Civil falle a favor, la cirugía se realizaría en la Fundación René Favaloro de Buenos Aires.




“Elegí Favaloro porque mi hermana se transplantó allá. Y tenemos esa buena experiencia. Mi hermana me dice, “Mari, es volver a nacer de verdad”. Ahora yo tengo restricción de líquidos, no más de 1 litro por día, contando desayunos, almuerzos, cena. En el verano la padezco. O con lo que como. Sodio, fósforo, potasio; todo me lo saca la máquina. Y a veces salgo bien, a veces muy descompensada. Me limitó muchísimo la diálisis, para estudiar. El primer año de adaptación iba todos los días a diálisis por una hora. Yo iba a danzas y ahora lo postergué porque la diálisis te trae otros problemas como del corazón, o fístulas, etc. Por ejemplo…ni un fin de semana largo, porque el viernes y lunes me dializo. Si no, coordinar que a donde vamos haya una clínica y tengan mis filtros, etc”, comentó la chica. Igualmente, desde que sabe que hay un posible y milagroso donante, va a las sesiones con otro ánimo. “Mi vida literalmente depende de esa máquina. Juan Manuel me devuelve la vida”, reiteró contenta Marianela.

“Esto es un milagro. Siempre hablamos con ellos de cómo nos conocimos, por la fe en Dios y seguimos siendo amigos. Después la compatibilidad. Para nosotros son diosidades, no hay azar. Y me siento bendecida. Gracias a dios va todo encaminado”.




Soy donante y se lo digo al mundo

Es cada vez más importante manifestar la voluntad de donación de órganos y avisar al entorno familiar de esa decisión tomada para que cuando llegue el momento crítico, se pueda cumplir esa voluntad.

  • 7819 son las personas que necesitan un trasplante para salvar su vida en este momento.

  • 551 personas pudieron transplantarse en lo que va de este 2018.

  • Apenas 232 personas donaron sus órganos durante este año

  • Se calcula una media de 21 donantes por cada millón de habitantes este año

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