La nena sanjuanina que rezará por que otros hipoacúsicos tengan la ayuda que ella recibió

Agustina contó cómo es vivir escuchando a medias y todo lo que cambiará su calidad de vida con la ayuda de Desarrollo Humano, que proveyó de audífonos a pequeños de distintos departamentos.

[gallery type="slideshow" size="full" ids="204202,204238,204239,204237,204241,204240,204236"]

---

Agustina sonríe y llora. Habla y se escucha a sí misma, sonríe, se le ilumina la carita atravesada de lágrimas, sonríe y llora un poquito más. No es la primera vez que tiene un audífono, por eso conoce la diferencia que hace en su vida ese pequeño dispositivo en la oreja.

Como ella, consiguieron también la ayuda sus hermanos Neemías de 14 y Camila de 9 años; junto a otros chicos de Chimbas, 9 de Julio y Rawson beneficiados por la asistencia del Ministerio de Desarrollo Humano.

"Ahora voy a poder escuchar música, o en la formación escuchar a la preceptora o la directora, poder sentarme en el último banco, escuchar mis pasos", alcanzó a contar a DIARIO MÓVIL antes de que se le anudara de nuevo la garganta.

Su mamá Yanina contó que la convivencia en casa con tres chicos hipoacúsicos puede ser complicada. "Es tiempo, hay que tener paciencia, ser muy reiterativo. A la noche cuando todos quieren ver la tele y charlar, hablan todos muy fuerte. Y en la casa tuvimos que pedir un home theatre para el televisor; porque no escuchan. Les decía ahora ¡que esta noche va a descansar!", contó sonriente Yanina.

Afortunadamente por cada dificultad han tenido manos solidarias. Los chicos tienen buenos compañeros en la escuela que les ayudan cuando se atrasan con el dictado, o la comprensión de consignas. Y ahora, con los audífonos mejorará mucho la calidad de vida.

"Yo voy a la iglesia, soy cristiana y Cristo me hace fuerte. Ahora voy a escuchar mejor sus palabras. Voy a orar por los chicos que aún no tienen esta ayuda. Quiero que sepan que todo se puede, nada es imposible", aseguró.