Es trans y le envía un mensaje a los sanjuaninos que se oponen a la ESI

Es la historia de Matías, como niño trans fue discriminado y expulsado de su casa. Le contestó a los sanjuaninos que juntan firmas contra la perspectiva de género.

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Recién a los 40 años, Matías se sintió acompañado por primera vez en su vida. Se perdió la infancia y la adolescencia entre gente que le negaba ser quien era, quien se sentía. Así, desarrolló un fobia social, fue expulsado de su casa a los 14 años y sobrevivió como pudo.

Es una historia muy dura y es la de miles de argentinos que son gays, lesbianas, trans; como Matías. Son personas. Pero sin Educación Sexual Integral, con perspectiva de género, en las escuelas es difícil que se pueda comprender la diversidad.

"Y eso que todavía la ESI es muy binaria. No muestra una femenidad trans o el cuerpo de un hombre con vagina. A la gente que junta firmas contra la ESI porque creen que les van a enseñar a los niños a elegir ser otra cosa de lo que son hay que explicarles que no se elige la identidad de género. Nadie la elige. Ni ellos ni nosotros. Porque te aseguro que, de poder elegir, no lo elegiríamos. Yo he sufrido un infierno por la incomprensión de quien soy", contó a DIARIO MÓVIL Matías.




"La ESI enseñar a cuidarse, proteger el cuerpo, mío y del otro.  Mi infancia y adolescencia fueron tremendas, desde el "no sos un varón, no podés ser varón porque no tenés pene", hasta llamarme por el otro nombre que me pusieron y a los 14 años ser expulsado de mi casa", confesó. Les tuvo que decir "yo me siento y soy esto. No soy tus expectativas, soy Matías". Y ahí sí eligió. Eligió hacer su vida lejos de ese dolor. "Me las rebusqué como pude. Uno deja la escuela que es el segundo lugar de expulsión para un trans. Te quedás sin salud y sobrevivís como podés. En el camino se quedan muchos. Y a las mujeres, a las travestis, las prostituyen" afirmó.

"Muchísimos niños y adolescentes se perdieron o se quitaron la vida. A mi, las personas (como los del movimiento `No te metas con mis hijos´) me arruinaron la infancia y la adolescencia. Yo tenía que dar una charla en estos días y no pude. Me quedé sin voz porque me quedó una fobia social. Me enseñaron que lo que tengo para decir no sirve, que yo no sirvo", contó Matías que hoy recorre el país con la organización "Infancias libres". Afronta, como muchos padres de niñes trans o personas trans la paradoja de tener que exponer su intimidad para defender el derecho a la existencia.

La niñez perdida es tiempo que no vuelve. La expectativa de vida de una persona trans es de 35 años. Hay una tasa de 40% de suicidio en la comunidad. Todos existen, son; con o sin ESI. Pero con ESI sobrevivirían incluidos, al menos visibilizados.

"En mis 40 años he conocido a distintas personas pero desde que estoy en "Infancias libres" recién puedo decir que me he sentido acompañado en el abrazo de toda mamá de niñes trans. Es el abrazo que necesité de chico y se da recién ahora", admitió.

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