Andres, el POLICÍA sanjuanino apasionado por la música

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Andrés Cantos es un joven sanjuanino que proviene de una familia con folcloristas folclore y por miembros en la fila de la Policía de San Juan. Cuando tomó la decisión sobre cuál sería su profesión a seguir, resolvió optar por las dos. De esta manera, es cantante y agente de seguridad, conjuntando sus dos pasiones día a día.






Los padres y los hijos comparten un lazo que no han elegido y que no pueden deshacer, pero que los suele unir tanto en familia como amigos y confidentes. A ese vínculo y su complejidad se les puede agregar otra variable más. ¿Qué pasa cuando padres e hijos eligen la misma profesión?

Existen muchísimos ejemplos y diversas posibilidades, en donde hay clanes de herreros, ebanistas o artesanos que pasan la posta de su saber de generación en generación. Pero no es muy frecuente encontrar a hijos que sigan la tradición de los padres en las mismas pasiones, como el canto y la fuerza de seguridad.

Este es el caso de Andrés Cantos, un joven sanjuanino que nació en el seno de una familia sellada por la música cuyano y por la profesión de agente de la seguridad. Es hijo de Abelino Cantos, quien es uno de los representes del folclore en la provincia y a su vez integra la Policía de San Juan. Hoy, Andrés, sigue los mismos pasos que su padre.

El joven, tiene 23 años, y desde hace un tiempo se sumó a las filas de la Policía de la provincia y, su vez, desarrolla una carrera como cantante. Cuando no está ejerciendo el orden público, sube a los escenarios para dedicarse a su otra profesión: la música.

“La pasión por la música la traigo de herencia, surgió desde que tengo conciencia. Acostumbraba desde chico a vivir así, de guitarreadas todos los días. En mi casa las guitarras no se guardan en las fundas. Siempre están a mano. El que pasa por el lado de alguna, algo se toca y se canta”, cuenta Andrés en una entrevista para DIARIO MÓVIL.

Toca la guitarra y canta desde los 7 años, momento cuando supo que la armonía de las notas sería parte de su vida en un futuro. “Me enseñó mi padre y mi aprendizaje fue por imitación, no por estudiar música. Fue más criollo. Después me preocupé y tomé cada oportunidad que tuve de aprender de maestros y demás”.

Su decisión por ingresar a la fuerza fue, precisamente, para estar en la Banda de Música de la institución. Este deseo lo tuvo desde niño y luego de esfuerzos lo logró, conjugando así sus dos pasiones. “Tiene sus altos y bajos, pero en definitiva amo lo que hago”, expresa.

Una familia con tradiciones heredadas

Según los especialistas, cada generación de padres se las ha ideado para transmitir a sus hijos parte de lo mejor de sí mismos. La elección vocacional está signada por la relación que se tiene con la familia, y cuando se logra crear un espacio de libertad, suele ser una herramienta para el progreso personal y la realización.

En este sentido, Andrés es la cuarta generación de músicos de la familia Cantos, la cual trasciendo con el folclore netamente cuyano, y la segunda en pertenecer a la Policía de San Juan. “Es emocionante, tiene sus satisfacciones. No reniego de dónde vengo, pero he intentado siempre tener mi propia identidad en este mundo. Hago cosas distintas, trato de innovar”, cuenta.

El poder realizarse profesionalmente en estas dos pasiones, al igual que su padre, le traen muchas satisfacciones en su vida, siempre buscando perfeccionar sus capacidades, habilidades y talentos. Es por ello que, más allá de pertenecer a la Banda de Música y ser cantante, ejerce su trabajo en la fuerza de Seguridad como un agente más, y lo hace con el mismo profesionalismo como cuando está arriba del escenario.

“Gracias a Dios tengo la dicha de pertenecer a una visión como la Banda de Música de la Policía, como así también los compañeros con los que comparto cada día. Me apoyan cada vez que tengo una actuación y sabe entender como músicos que es importante compartir nuestro arte. Cada vez que he salido de la provincia a representarla, desde ja Jefatura siempre me apoyaron”.

A veces no es simplemente una profesión concreta lo que aporta la familia, sino cierta inquietud de espíritu, templanza de ánimo o deseo de superación. Como herencia, no es poca cosa, y sirve para poder encontrar la verdadera vocación en la vida. En este aspecto, el joven policía y artista tomó esta herencia familiar para alcanzar sus sueños siempre.

“Considero que con entusiasmo y orden podemos hacer lo que nosotros queramos. Hoy me toca a mí pertenecer a esta gran División Policial y agradezco el poder desarrollarla profesionalmente, musicalmente y artísticamente. Soy policía, soy músico y soy artista”, concluye Andrés Cantos.
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