Se esperan NUEVAS SUBAS en los COMBUSTIBLES






Argentina sufrirá nuevas alzas en el precio de combustibles. ¿Por qué suben y seguirán subiendo?














En solo 45 días de lo que va del 2021, el combustible aumentó en 4 ocasiones y seguirá el mismo camino a lo largo del año. Ante esto, un informe de Clarín explica la razón por la cual se dio el incremento y las causas por las que continuará subiendo el valor.

En principio hay que tener presente que el precio del barril de petróleo Brent, que es la referencia para la Argentina y está rozando los US$ 63. Eso implica que las refinadoras -las empresas que compran petróleo y lo transforman en combustibles- deben destinar más pesos para hacerse de su materia prima.

Como el dólar se encareció en un 50% desde diciembre 2019 hasta febrero de 2021, medido contra el peso, las compañías requieren de más moneda local para hacer esa adquisición. El precio del Brent -la referencia internacional de petróleo, salvo en Estados Unidos- estuvo bajo durante buena parte de 2020, pero repuntó en los últimos meses.



Es una de las justificaciones del sector para realizar los aumentos de los combustibles pero hay más: dicen que la inflación de 2020 superó el aumento de combustibles realizado en ese período. El costo de vida escaló en un 36%, mientras que las naftas se encarecieron un 25% hasta diciembre.


Con estaciones que aún se encuentran un 20% por debajo en sus ventas, las petroleras reciben pedidos de auxilio de su red comercial para el pago de salarios. El programa ATP, que funcionó algunos meses, los ayudó, pero ya no está vigente.







El despacho de combustibles está afectado por hasta 6 impuestos diferentes, según la jurisdicción, además de costos que les impone el Estado (como el de los biocombustibles, que deben comprar para mezclar con sus productos).






Dos de esos factores (impuestos y biocombustibles) tuvieron subas en enero, febrero y habrá otra en marzo. Las compañías dicen que el incremento del 11% que aplicaron en lo que va del año responde más a adecuación de esos costos e impuestos que a la mejora de márgenes.

A veces, hasta las petroleras mismas tienen dificultades en calcular la cantidad de gravámenes que tienen que pagar.

El primer tributo es el IVA. Ese 21% que afecta a los productos de consumo masivo, y que representa una recaudación millonaria. El segundo apartado corresponde al ICL, impuesto a los combustibles líquidos y el tercero es el impuesto al dióxido de Carbono (IDC). Estos dos últimos a veces son considerados como si fueran un mismo tributo. Reemplazaron el impuesto de transferencia a los combustibles (ITC).

El ICL/IDC son utilizados por el Poder Ejecutivo para suavizar aumentos. Hubo un semestre de 2020 donde no se actualizaron. Luego se fueron poniendo al día. En marzo habrá un incremento por esta variable, al igual que en enero y febrero. El ex ITC fue el que provocó una deuda millonaria de Oil Combustibles (la petrolera que fue de Cristóbal López) con la AFIP.

Ingresos Brutos también aporta su complejidad. “Para evitar complicaciones en el cálculo sin impuestos y dado que también se presentan situaciones de difícil determinación de la tasa por convenios interprovinciales, los operadores del módulo minorista tampoco deben extraer los ingresos brutos por comercialización para definir el precio sin impuestos”, define la legislación, que tantos empresas como estacioneros definen como intrincada.

Además de un recargo específico para GNC (porque se supone que es más barato), las municipalidades y provincias se las ingeniaron para aplicar una tasa “vial”. Un monto fijo o un porcentaje de cada litro vendido que capturan los municipios y/o provincias, directo para sus arcas.

La administración anterior hizo esfuerzos para que esas tasas se eliminen, pero es frecuente que cualquier municipio del conurbano -con caja en apuros- resucite la tasa vial, para enojo de los estacioneros, que experimentan un encarecimiento del que no ven ni un centavo.




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