LAS ÚLTIMAS CARTAS DE LA CAMPAÑA

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#OPINIÓN



La campaña ha pasado por varios estadios, desde la armonía absoluta a las rispideces entre oficialismo y oposición, desde las caminatas con estrictos protocolos sanitarios a los actos masivos y de una victoria asegurada en San Juan a un cabeza a cabeza que ha tensado este último tramo, de cara a las generales del próximo 14 de noviembre.

Si nos remontamos a los albores de la campaña, cuando las PASO todavía parecían lejanas en el calendario; nos encontramos con un periodo completamente apolítico, donde la cuestión sanitaria todavía ganaba la mayor cantidad de titulares y las acciones proselitistas eran percibidas como incompatibles con la coyuntura que atravesaba el país. En San Juan reinaba una paz absoluta y un pacto tácito de no agresión entre las fuerzas que aspiran a hacerse con las bancadas en Diputados.

Con el correr de las semanas y con septiembre al caer, las condiciones sanitarias le daban paso a otros temas acuciantes para la sociedad, que copaban la opinión pública. Entre ellos, la economía, el tópico vedette de siempre en la Argentina. Sin embargo la apatía ciudadana parecía ser generalizada en cuestiones políticas.

Las PASO, sin dudas, fueron el punto de inflexión que cambiaron todo en el país y también en San Juan. A nivel nacional, el cachetazo que recibió el Frente de Todos lo sumía en una terrible crisis institucional, de la que todavía parece no encontrar salida. En la provincia, por otro lado, una diferencia mucho más exigua de lo esperado, dibujaba algunas caras largas en el búnker oficialista y le devolvía la esperanza a los dirigentes de Juntos por el Cambio. Desde entonces, y con muchas más certezas del clima social, las estrategias de campaña fueron cambiando, algunas mucho, otras sólo tuvieron un pequeño reajuste.

En el país, el Gobierno nacional acusó recibo del malestar generalizado y para mitigar ese descontento, desplegó un plan con el objetivo de “llenar” los escuálidos bolsillos de los electores, antes de volver a las urnas. Algo que roza las prácticas clientelares y que no fue muy bien recibido en algunos sectores de la sociedad. La estrategia desnudó la falta de argumentos. La oposición siguió apelando al enojo reinante contra Alberto Fernández y compañía. No perdió oportunidad para seguir desgastando la maltrecha figura del primer mandatario y se encargó de exacerbar ese sentimiento de venganza.

Por el lado de San Juan, también hubo varios cambios y la política se volvió a meter en la agenda de la gente. El oficialismo abandonó la pasividad inicial, tal vez apremiados por el ajustado triunfo en las PASO y el temor a perder el segundo diputado. ¿Qué hizo de diferente? Primero, aumentar la presencia propagandística, tanto en la vía pública como en las redes sociales. Los anuncios del Frente de Todos se multiplicaron en el off y el online. Segundo, salieron a ganar la calle y mostrar un poquito de músculo político, con la vuelta de actos masivos y varios mitines peronistas.

Pero, lo más interesante del cambio de estrategia en la comunicación oficial y lo que devela algunos temores, es el ataque a los candidatos y dirigentes de Juntos por el Cambio. Para ser justos, de manera manifiesta nunca abandonaron el discurso medido y conciliador. Ahora bien, es verdad que lograron inocular algunos temas, aprovechando las mieles del poder y haciendo uso del aparato. Así, sin decirlo de manera directa, fueron otros los que arremetieron contra la oposición y embarraron un poquito la cancha con chicanas, acusaciones y denuncias. Lograron asestar algunos golpes. Habrá que esperar para saber si pudieron hacer mella en el contrincante o quedó sólo en unos tiritos de salva.

Por el lado de la oposición, nos encontramos con una estrategia algo más pasiva y aunque intentaron seguir al pie de la letra el libreto y mantenerse firmes con las denuncias al Gobierno nacional; algunos de los ataques se permearon y tuvieron que salir a la defensiva, para responder algunas acusaciones . ¿Significa que Juntos por el Cambio no quiere ganar? No; más bien confían en dos circunstancias que podrían representar una mejora en su performance electoral: el viento de cola nacional, capaz de devolverle la esperanza al elector opositor que la había perdido y el voto útil, es decir que, ante un escenario de extrema polarización, es esperable que el pequeño porcentaje de votantes de la tercera opción migre hacia los conducidos por Marcelo Orrego. Más considerando lo reñidos que resultaron los últimos comicios.

Juntos por el Cambio, además, continuará haciendo gala de visitas de peso de la política nacional, que han fijado a San Juan como su objetivo, por considerar que es un distrito en el que pueden revertir el triunfo oficialista. Así, a la de Larreta, se le sumarán Martín Lousteau la semana próxima y se espera que llegue Alfredo Cornejo y hasta Patricia Bullrich, a días de la elección.

El común denominador de las PASO al día de hoy está puesto en el eje de los discursos de ambas fuerzas. El oficialismo continúa intentando llevar el debate a la territorialidad y lo autóctono de su gestión, mientras que en la vereda de enfrente trasladan permanentemente la discusión a la arena nacional, alimentando el rechazo a la gestión de Fernández y construyendo la propia identidad de forma opositiva. El resultado, una cacofonía de discursos que van en direcciones opuestas, terminando en un debate poco nutritivo para los electores.

Lo cierto es que hay mucho más en juego que tres diputados nacionales, esta compulsa determinará en qué lugar se encuentra parado cada uno de los actores de la escena política local. Para Uñac y sus anisas de ampliar los dominios de su poder, es vital, como mínimo, conservar el invicto y ganar las elecciones. Dentro de Juntos por el Cambio hay varias personalidades fuertes con aspiraciones para el 2023 y ganar los pondría en un escenario inmejorable para la construcción. Desde las apetencias de Orrego de llegar a comandar el Ejecutivo local a la conservación de intendencias clave y la victoria en nuevos municipios.

Entonces, ¿Qué campaña ha resultado más efectiva? El veredicto inequívoco lo darán los sanjuaninos el próximo 14 de noviembre, pero aventurando un análisis final, el ganador resultará ser quien mejor logre interpretar las necesidades de la sociedad y fundamentalmente adaptarse a los cambios, en una campaña que ha planteado reglas y escenarios completamente distintos a las que estábamos acostumbrados. Citando a Eric Hoffer, “En tiempos de cambio, los aprendices heredarán la tierra, mientras que los eruditos se hallarán perfectamente equipados para desenvolverse en un mundo que ya no existe”.
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