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Una historia lucha, familia y superación: a sus siete años Luna venció el cáncer
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Tras dos años de una intensa batalla y largos tratamientos, la pequeña santiagueña curó su leucemia.
Luna, es pequeña gran luchadora que con apenas siete años venció al cáncer, luego de dos años de una intensa batalla. La niña vive en la ciudad santiagueña de Frías junto a su mamá Daniela Ledesma, su papá Ariel Molina y su perra Roberta.
En diálogo con Nuevo Diario, la madre de Luna contó: “Estamos muy contentos y es un momento de inmensa felicidad para nosotros”. Los tratamientos y seguimientos se llevaron a cabo en el Cepsi de la ciudad capital. El pasado martes le realizaron a Luna el último estudio de medula y todo estaba bien, contó su mamá.
La pequeña tuvo a una fiel amiga acompañandola durante el tratamiento
La que acompaño desde el primer momento a Luna en su tratamiento, además de sus padres, fue Roberta, una perra salchicha. La niña la considera su mejor amiga y hermana menor. Para Daniela, Roberta fue un apoyo emocional fundamental para la recuperación de su considera su hija.
A sus siete años Luna es un ejemplo de lucha y superación: “Me gustaría contar las cosas de mi tratamiento. Mis doctores se quedaban sorprendidos porque yo tenía una enfermedad que me podía llevar a terapia, pero nunca fui para allí. Dios siempre me ayudó en cada cosa que yo hacía. Él estuvo siempre a mi lado”, dijo.
“Ahora estoy muy feliz porque por fin estoy libre del cáncer. Yo nunca dudé de que Dios no me iba a dejar sola y seguí luchando. En mi tratamiento la pasaba horrible a veces, pero siempre estuve feliz”, dijo Luna, una gran vencedora.
Luna, es pequeña gran luchadora que con apenas siete años venció al cáncer, luego de dos años de una intensa batalla. La niña vive en la ciudad santiagueña de Frías junto a su mamá Daniela Ledesma, su papá Ariel Molina y su perra Roberta.
En diálogo con Nuevo Diario, la madre de Luna contó: “Estamos muy contentos y es un momento de inmensa felicidad para nosotros”. Los tratamientos y seguimientos se llevaron a cabo en el Cepsi de la ciudad capital. El pasado martes le realizaron a Luna el último estudio de medula y todo estaba bien, contó su mamá.
La pequeña tuvo a una fiel amiga acompañandola durante el tratamiento
La que acompaño desde el primer momento a Luna en su tratamiento, además de sus padres, fue Roberta, una perra salchicha. La niña la considera su mejor amiga y hermana menor. Para Daniela, Roberta fue un apoyo emocional fundamental para la recuperación de su considera su hija.
A sus siete años Luna es un ejemplo de lucha y superación: “Me gustaría contar las cosas de mi tratamiento. Mis doctores se quedaban sorprendidos porque yo tenía una enfermedad que me podía llevar a terapia, pero nunca fui para allí. Dios siempre me ayudó en cada cosa que yo hacía. Él estuvo siempre a mi lado”, dijo.
“Ahora estoy muy feliz porque por fin estoy libre del cáncer. Yo nunca dudé de que Dios no me iba a dejar sola y seguí luchando. En mi tratamiento la pasaba horrible a veces, pero siempre estuve feliz”, dijo Luna, una gran vencedora.
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