La emotiva carta de despedida de César Mascetti: "Me estoy muriendo junto a la mujer que amo, en paz"

césar y mónica 32773
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Días antes de su muerte, Mascetti escribió una reflexión que fue leída por la cantante durante la ceremonia de despedida del periodista en su San Pedro natal.








La muerte del periodista y conductor televisivo César Mascetti sorprendió al mundo mediático en el mediodía de este martes. El destacado cronista de 80 años falleció en su San Pedro natal y este miércoles fue despedido por sus familiares y allegados en el cementerio de esa ciudad de la provincia de Buenos Aires.

Durante el funeral, uno de los momentos más emotivos se dio cuando Sandra Mihanovich, hija de Mónica Cahen D’Anvers, leyó unas palabras escritas por el propio Mascetti apenas unos días antes de su muerte.

Luego de la bendición del cura a cargo de la ceremonia religiosa, la cantante y su hija tomaron el protagonismo para decir unas palabras. Sol Minahovich, nieta del periodista, expresó: “Bueno, esto dijo Tata unos días antes, pero cuando ya sabía”. Y leyó una frase de su abuelo del corazón: “Estoy a punto de vivir la mejor muerte. En el andén me espera mi familia para darme la mano”.




En ese momento, Sandra Mihanovich continuó: “Y después él subió a su escritorio, en la calle Salta, y se sentó en ese escritorio que era de su tío, Facundo Larrondo, y se puso a escribir. Él necesitaba organizar y escribir y decir todo lo que pensaba”.

“Si lloro no importa, no pasa nada, lloramos todos”, dijo Mihanovich, y aseguró: “Entonces él escribió esto y yo calculo que lo mejor que podemos hacer es despedirlo escuchando lo que él escribió”. Luego, sí, se dispuso a leer el mensaje final de quien fuera el gran amor de su madre.

LA CARTA DE DESPEDIDA DE CÉSAR MASCETTI
Me estoy muriendo en San Pedro, rodeado de durazneros en flor y de naranjos que esperan su turno para dejar caer sus pétalos e inundarnos a todos de perfume. Estoy en el medio del campo, caminando con mis perros, que perciben desde hace días lo que va a pasar.

Estoy mirando el río, escuchando las campanas que escuchaban mis abuelos. Estoy por ver volar a las palomas, que cubrirán el cielo como todas las tardecitas. Dentro de poco me llevarán con ellas para enseñarme el camino.

Me estoy muriendo en San Pedro, a los 80 años, donde siempre quise morir, junto a la mujer que amo, abrazado a mi familia, ¿qué más puedo pedir? Me estoy muriendo en paz, con la satisfacción del deber cumplido.
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