El perfil de Juan Carlos, la víctima del asesinato en Santa Lucía

Sus vecinos aseguran que, pese a ser de escasos recursos, era muy caritativo. Tenía 69 años.

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Un espeluznante crimen ha sacudido el apacible vecindario de Camilo Rojo en Santa Lucía en las primeras horas de la mañana de este miércoles. La tranquila calle Espejo 1596 Norte se convirtió en el escenario de una tragedia cuando el cuerpo sin vida de un hombre fue descubierto en su hogar, desatando una ola de consternación y desconcierto entre los residentes.

La víctima, identificada posteriormente como Juan Carlos Muñoz, un hombre de 69 años de edad, fue encontrada en su vivienda en una escena que desafiaba toda lógica y humanidad. La brutalidad del ataque quedó patente en los signos de violencia extrema que presentaba: golpes, apuñalamientos y asfixia, un panorama desolador que dejó atónitos a quienes se toparon con la impactante escena.

Las primeras investigaciones llevadas a cabo por el médico legista y los expertos de la UFI Delitos Especiales arrojaron luz sobre la naturaleza salvaje del crimen. El examen forense posterior confirmó las terribles lesiones sufridas por Muñoz, incluyendo traumatismo craneoencefálico y asfixia por ahorcamiento, dejando pocas dudas sobre la naturaleza del ataque.

Sin embargo, el macabro hallazgo de una contra pesa de balanza, con evidentes manchas de sangre, añadió una nueva capa de misterio al caso. Este objeto inquietante se ha convertido en el foco de los análisis forenses, que buscan determinar si fue utilizado como arma durante el fatal encuentro.

Mientras tanto, el equipo de criminalística, respaldado por los profesionales del Complejo Forense, ha estado trabajando incansablemente para recoger cada detalle, cada rastro de evidencia genética que pueda ayudar a esclarecer los hechos. En paralelo, la fiscalía Delitos Especiales ha anunciado el arresto de un sospechoso, aunque la investigación sigue en curso y se mantienen cautelosos respecto a los detalles de esta detención.

En medio de la conmoción, los residentes de Camilo Rojo recuerdan a Muñoz como un hombre respetado y querido en la comunidad. A pesar de ser jubilado y tener recursos limitados, era conocido por su amabilidad y su disposición para entablar conversaciones con cualquiera que se cruzara en su camino. Sin embargo, algunos vecinos revelan que Muñoz había expresado preocupación por la creciente inseguridad en la zona, lo que podría sugerir un móvil de robo en el crimen.

El caso, ahora en manos de la Unidad Fiscal Especializada en Delitos Graves, bajo la dirección del fiscal Iván Grassi y con la colaboración de los fiscales Nicolás Schiattino y Sebastián Gómez, continúa siendo objeto de intensa investigación. Mientras tanto, el barrio Camilo Rojo se sume en el luto y la incertidumbre, tratando de comprender cómo un acto de tanta violencia pudo irrumpir en su pacífica rutina.

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