Reñido empate del Globo como local

Anoche en Parque Patricios, Huracán igualó 1 a 1 con Universitario de Sucre. De esta manera,  sigue tercero, aún cuando faltan dos fechas para definir que equipo pasará a octavos de final.

En su actuación de local, el Globo sólo logro un empate continuando tercero en la tabla.

Huracán, seguramente, soñó que su regreso a la prestigiosa Copa Libertadores después de 41 años resultaría placentero. Sin embargo, en la competencia internacional el equipo de Parque Patricios todavía no logra concretar lo bueno que insinúa por momentos y su pasaje para los octavos de final está en veremos. Anoche tuvo la oportunidad de lograr su primera victoria en el Grupo 3 luego de tres empates, pero la escasez de puntería le jugó en contra y sólo igualó 1-1 con Universitario de Sucre. Con cuatro puntos, el Globo continúa siendo el tercero de la zona cuando restan dos fechas para el final.

La actitud de Huracán durante gran parte del primer tiempo estuvo directamente vinculada con las necesidades. El Globo precisaba acorralar a su rival y lo logró durante 40 minutos. Lo hizo con criterio e inteligencia, pero también con coraje cuando el equipo boliviano recurrió a la pierna fuerte, sobre todo contra Toranzo, el más pensante del medio campo local junto con Vismara.

Wanchope Ábila, un optimista inagotable que lucha cada pelota dividida como si fuera la última de su carrera, intentó, prácticamente, todo. Con el sólido arquero Olivares vencido, estrelló un tiro en el travesaño; el atacante, también, vio cómo el defensor Flores despejaba la pelota casi sobre la línea cuando ya se animaba a festejar. Hasta que luego de tanta exploración en el área boliviana, halló su recompensa a los 34 minutos: tras un pase larguísimo de Toranzo, que el defensor González Barón despejó mal de cabeza, Ábila recibió y sin dudar un instante definió por debajo del cuerpo de Olivares, que unos momentos antes le había ahogado el grito a Domínguez, capitán quemero, tras un tiro libre de zurda.

Cuando en Parque Patricios era todo celebración, un momento de incertidumbre de la última línea de Huracán apagó la euforia. A los 40, Castro tomó a la defensa local saliendo a achicar, pero Echeverría, más aletargado que sus compañeros, habilitó a Suárez y éste venció al arquero Díaz con un zurdazo.

Si Huracán ya había exhibido una buena intención ofensiva en la primera parte, nada se modificó en el segundo tiempo. Es más, el acoso fue todavía mayor, casi desesperado. El técnico Néstor Apuzzo apostó por todas las estrategias posibles; les dio minutos al Rolfi Montenegro y a Torassa. Vismara, eje del equipo, se cansó de habilitar a los delanteros, pero éstos siempre fallaron. Incluso, el hábil Romero Gamarra, que recibió una exquisita asistencia de Vismara y, cara a cara con Olivares, se apuró para definir y lo hizo mal. También el picante chileno Puch ejecutó un derechazo por encima del travesaño dentro del área cuando nadie, pero nadie, lo marcaba.

Universitario, atrasado totalmente en el terreno, sólo se dedicó a resistir cada ataque, a rechazar cada centro, a despejar la pelota lo más lejos posible de su arco. Y lo hizo bien. Sin ningún tipo de complejo ante un rival, Huracán, que tuvo espíritu y buenos deseos de progresar, pero que terminó enmarañado en la confusión, entorpeció su clasificación y se fue despedido entre silbidos del público.

Fuente: La Nación