El escándalo de la vacunación terminó con el pedido de renuncia del ministro de Salud
El escándalo que se destapó con las vacunas de privilegio amenaza con escalar tras el reconocimiento público del periodista Horacio Verbitsky de que había logrado inocularse contra el coronavirus por una gentileza del ministro de Salud, Ginés González García.
También habrían sido vacunados Hugo Moyano, su esposa, Liliana Zulet, y su hijo Jerónimo, que tiene 20 años y vive con ellos bajo el mismo techo. Así lo informó una fuente de la familia a La Nación, a pesar de que el jefe camionero y Zulet no respondieron las llamadas ni los mensajes
Hay quienes sugirieron desde el círculo íntimo del jefe camionero que fue Zulet, con su larga trayectoria como empresaria de servicios médicos, la que gestionó las inoculaciones. El director de una obra social sindical importante, por el contrario, aseguró a La Nación que la única manera de conseguir las vacunas es a través del Estado, «con ayuda política».
Hay quienes sugirieron desde el círculo íntimo del jefe camionero que fue Zulet, con su larga trayectoria como empresaria de servicios médicos, la que gestionó las inoculaciones. El director de una obra social sindical importante, por el contrario, aseguró a LA NACION que la única manera de conseguir las vacunas es a través del Estado, «con ayuda política».
Los recaudos por el virus también se tomaron en el hogar: fue Zulet quien impuso el distanciamiento en las comidas familiares de fin de año y la que insistió a Jerónimo, su hijo de 20 años, a que se cuide en sus salidas con amigos, primos y hermanos.
El escándalo de la vacunación VIP terminó con el pedido de renuncia de Fernández a su ministro sanitario a casi un año de la llegada del COVID-19 a la Argentina, a un temor de una segunda ola de contagios, y de un plan de vacunación que avanza muy lentamente.