Clausura de boliches: De nuevo, la ley y la trampa se desentienden

Interés General
El fin de semana la división de Leyes Especiales de la Policía volvió a clausurar un local bailable por presencia de menores. Esta vez, el nombre del local trascendió en los medios de comunicación y detuvieron a 105 menores, según informaron. Un nuevo conflicto de la noche sanjuanina, nueva polémica y la misma pregunta: ¿Por qué para unos tanto y para otros tan poco?

Noche en la mira. La clausura de un local dispara las dudas sobre los controles a todos los boliches.

 

Nuevamente la Policía y la Justicia con la misma pantomima de los fines de semana. Este año fue clave para comenzar a “responsabilizarse” por la seguridad en los boliches bailables y hubo multas y clausuras en varios locales “conocidos” por infringir leyes, tales como las que regulan la presencia de menores en el interior, capacidad máxima y el artículo 22 de la Ley Seca, entre otros. Sin embargo, de estas reconocidas discos nunca se filtró el nombre, dado que el argumento es que “la Justicia Federal” debe hacerse cargo de ello.

Sin embargo, la situación de este fin de semana fue diferente. El nombre de la disco Berlín resonó en muchos medios. El local se encuentra en el Lateral de Circunvalación antes de Avenida Ignacio de la Roza y desde que inauguró hace ya varios años, se caracterizó por estar destinado al divertimento de menores.

Lo curioso es que a pesar de tener presencia policial en la puerta y llevar tantos años con la misma dinámica, recién ahora la Policía se propone entrar y llevarse a 105 pibes demorados a la Comisaría. Y no sólo eso, sino que además Berlín fue el único lugar clausurado y al que dejaron filtrar el nombre. Por eso ahora muchos se preguntan ¿por qué? ¿Qué motiva la diferenciación o la especulación de la Policía a la hora de clausurar un boliche? ¿Es azaroso realmente?

Lo cierto es que en el último tiempo creció la presión social hacia la justicia y la policía, dada la también creciente inseguridad. Esta realidad quizás lleva a las instituciones encargadas de hacer cumplir la ley, a “visibilizar” en mayor medida su accionar cotidiano. Sin embargo, esto dista mucho de la verdadera justicia si solo fuera solo una pantalla de humo y por detrás se tejieran tranzas que siguen encubriendo las mismas ilegalidades que ante los medios combaten.

El tema despierta dudas, y muchas. Lo cierto es que muchos chicos se escaparon y otros tantos terminaron en la Comisaría. Los padres no se mostraron satisfechos con el trato de la Policía, ya que algunos menores tenían marcas en la piel y su ropa rota, debido al forcejeo con los efectivos encargados del operativo. Sin embargo, quizás esos mismos agentes no hicieron nada por la seguridad de esos adolescentes durante mucho tiempo y se beneficiaron de ello.

La ley se debe cumplir, y eso no está en discusión. Lo que sí genera impotencia observar cómo se pagan las consecuencias de un sistema que, siendo corrupto y permitiendo el mismo estas faltas a la ley durante décadas, de repente se manifiesta “justo” con arrebatos que ni siquiera quedan claros. Es un insulto a la sociedad y a la Justicia. Si se hace cumplir la ley, que sea para todos con igualdad de condiciones.
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