Los protagonistas reales de "El Clan" opinaron sobre la película

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El Clan
El Clan
¿Cómo vivieron la película los familiares de las víctimas de los Puccio? Guillermo Manoukian y Rogelia Pozzi hablaron sobre lo que sintieron al ver sus historias contadas en la película de Pablo Trapero.




 

"El Clan", según la visión de su director Pablo Trapero. Guillermo Francella en la piel de Arquímides Puccio, y Peter Lanzani es su hijo Alejandro.

 

Pasaron 30 años desde que Ricardo Manoukian, Eduardo Aulet, Emilio Naum y Nélida Bollini de Prado fueron secuestrados por Arquímedes Puccio y su banda. Los tres primeros fueron asesinados. Estos crímenes hoy llegaron al cine de la mano de Pablo Trapero y su nueva película: El Clan. Pero lo que para el espectador común es una historia de ficción basada en algo que pasó hace mucho tiempo, para los familiares de las víctimas es una realidad con la que tuvieron que convivir todos estos años.

Guillermo Manoukian, hermano de Ricardo, y Rogelia Pozzi, viuda de Aulet, hablaron con Trapero durante la filmación de la película. Le contaron todos los detalles de lo que vivieron en los años 80, cuando los Puccio les quitaron a sus seres queridos. Ambos fueron a ver El Clan y relataron cómo fue la experiencia de ver sus propias historias contadas en el cine.


Guillermo Manco


GUILLERMO MANOUKIÁN, HERMANO DE RICARDO 

Guillermo Manoukian luchó durante años para que se hiciera justicia por su hermano Ricardo, secuestrado y asesinado por los Puccio. "Vi el pre estreno, nos invitó [Pablo] Trapero. Yo había hablado con él varias veces, antes de que empezaran a filmar. Inicialmente me preguntó qué me parecía que hiciera la película. Y yo pensé que podría ser un homenaje a las víctimas, para que la gente sepa, que vea cómo fue. No es lo mismo leerlo en el diario. Le dije que, si se hacía con seriedad y respeto y basado en la verdad, yo le daba todo mi apoyo y aceptación.
"Y la verdad es que está muy bien hecha la película. Tiene mucha información nuestra y del expediente. No es sangrienta, ni morbosa, ni usa golpes bajos".

Dibuja al Clan muy parecido a lo que fue. Lo que ficciona, lo que ocurría hacia adentro de la familia, es cien por ciento igual a lo que yo imaginaba que pasaba dentro de esa casa: el personaje psicópata de Arquímedes manejando a la familia. Aunque yo lo veo un poco más amplio. Para mí no toda la responsabilidad fue de Arquímedes. Los familiares no eran robots, tomaron la decisión de participar. Y los que no participaban, sabían. Y no hacían nada para detenerlo. Los únicos dos a los que es difícil echarles responsabilidad son los dos hijos más chicos. Sobre todo la nena. A los 14 años seguramente no podés enfrentar algo tan duro como que tu padre es un asesino.

Me gusta también lo bien representada que está Epifanía. Trapero logró dar a entender cómo tiene que haber sido todo en la realidad: en la película, aunque ella no habla directamente de los secuestrados con Arquímedes, se la ve cocinando arroz con pollo, y dándole el plato a él para que se lo lleve al secuestrado. Ahí te das cuenta de que ella sabía.
"Ver todo esto en el cine para mí fue impresionante, triste, doloroso".

Cuando muestran cómo lo capturan a mi hermano, cómo le daban de comer, cómo lo tenían encerrado en el baño, me puse muy mal. Pero también a esta altura tengo asumido que es parte de lo que me tocó vivir. Y tuve meses para prepararme antes de ver la película. El día que la vi estuve re mal, lloré, me angustié. Pero ahora que veo las repercusiones siento que esto genera consciencia en la gente sobre las cosas que pasaron en nuestro país. Es una forma de mantener la memoria de mi hermano. Siento una suma de dolor y tristeza mezclado con la sensación de que está bien que el caso llegue al cine así, que estamos bien encaminados.

En mi casa obviamente todos saben lo que pasó. Mi hijo sabía todo y fue conmigo al cine. Lo conmocionó. Fueron 30 años de hablar del tema, de explicarles a los más chicos la historia de nuestra familia. De vivir con miedo por la peligrosidad del Clan, siendo yo tan activo en la causa contra ellos. Pero hay que convivir con eso.
Trapero logró plasmar la verdad sobre estos delincuentes que mataron a mi hermano.

Yo a Trapero le conté muchas cosas, algunas que no se pueden poner en un expediente: la angustia y la desesperación que sentimos los días que estuvimos esperando a tener noticias de Ricardo. Lo que yo viví en el momento en que detuvieron a todos. Los años que pasé persiguiéndolos para que se hiciera justicia.

Le conté que Alejandro [Puccio] siempre negó haber sido él el que le hizo señas a mi hermano para que se subiera al auto. En la película está, en la causa también, pero él nunca lo admitió. El personaje de [Guillermo] Francella es excelente. Es increíble lo bien que lo representa a Arquímedes. También Peter Lanzani y Lili Popovich, la que hace de Epifanía. Incluso Maguila está muy bien representado.

Lo que sí creo que puede verse de una forma diferente es el rol de Alejandro. Más allá de que Arquímedes puede haber influido en él en su infancia, se podría haber salido de la banda cuando era más grande. No integrás una banda y matás a otras personas si no estás convencido de querer hacerlo. No lo hacés durante tantos años sólo porque estás bajo presión. Era un negocio, estaba planteado así. Eso queda claro en la película. Todas las escenas me hicieron volver a vivir esos momentos duros. Lo que le conté yo a Trapero está ahí: los llamados, la espera, la angustia. Es muy real todo".
Ricardo Manoukian: Fue secuestrado el 22 de julio de 1982. Tenía 24 años. Su familia pagó por él US$ 500.000. Lo mataron.


Pozzi


ROGELIA POZZI, VIUDA DE EDUARDO AULET

"Estuvimos hablando con Trapero desde los comienzos del armado de la película. Cuando la vi me impactó muchísimo. Fue muy real. Durísimo, pero muy interesante ver todo lo que nos pasó por culpa de este clan macabro reflejado en la pantalla.

La película es buenísima. Francella hace una actuación espectacular. Se asemeja muchísimo a Arquímedes. La voz metálica de Arquímedes, que yo tuve que escuchar tanto, porque a mí me llamaba y me hablaba durante una hora, esa voz, Francella la hace muy bien. Es una película que merece muy buenos premios. Las actuaciones de todos están muy bien. Peter Lanzani logró imitar muy bien la forma de mirar que tenía Alejandro. Epifanía está representada a la perfección. En la película llegás a odiarla y eso es lo que ella generaba. Porque para mí ella es coautora de todos esos crímenes. Quizás estaba hasta más enferma que Arquímedes, porque el rol de una madre es proteger a sus hijos, no dejar que el padre los someta a su voluntad siniestra.

Yo entré a la casa de los Puccio en varios allanamientos que se hicieron. Estoy convencida de que es imposible que alguien que viviera allí no supiera nada de lo que ocurría. A Eduardo lo tenían en un ropero en el living de la casa, al lado de la habitación de Alejandro. ¿Qué pasaba cuando gritaban las víctimas? ¿Quién les daba de comer? Es obvio que Epifanía sabía, ella les cocinaba y además era la que aprovechaba el dinero de los rescates.

Si buscás una foto de [Gustavo] Contepomi, el que lo entrega a Eduardo, vas a ver que el personaje de la película es igual. La película se basó en los hechos reales. Es espectacular. No jugó con el morbo. No utilizó violencia de más. ¿Para qué iba a hacerlo, si la realidad fue lo suficientemente violenta?
Nunca sabremos si en la realidad la intimidad de la familia era como muestra la ficción.

Si rezaban o no antes de comer, los diálogos que mantenían. Pero la familia era cómplice. Todos sabían todo. Ellos eligieron ser delincuentes, como su papá.

Yo le conté muchas cosas a Trapero. Detalles con los que armaron, por ejemplo, la escena en la que mi papá y yo vamos a dejar la plata del rescate, al costado de las vías del tren. Le conté que cuando dejé el dinero vi agazapado al que esperaba para llevárselo, que resultó ser Alejandro. Les conté que casi nos atropella el tren. Pero obviamente los tiempos del cine son distintos: la escena dura dos minutos, pero en la vida real estuvimos tres horas entre el paso por las postas, levantando las latitas con los mensajes, hasta dejar el dinero y volver a casa. Salimos a las 19 y volvimos a las 22 del 15 de mayo [1983]. Arrancamos en Libertador y Callao y terminamos en Lanús. Pensá que en esa época no había celular. Estuvimos recorriendo las vías, yendo y viniendo unos 30 minutos. Hasta que mi papá dijo "basta" y volvimos a casa. Recién al día siguiente hicimos lo que deberíamos haber hecho desde un primer momento: llamar a la policía.
No hay que confiar en los delincuentes, siempre hay que llamar a la policía.

Cuando vi la película tuve un sentimiento extraño. Es muy loco, porque de pronto todos me vuelven a llamar por esto, 30 años después. Pero está bueno que lo vean chicos más jóvenes, que no vivieron esa época. Que sepan que esto no es ciencia ficción: lo vivimos en carne propia. No lo veo tanto como un homenaje, lo veo más bien como una forma de contar parte de la historia argentina. Porque es interesante que se conozcan los detalles a nivel criminológico de estos personajes: toda una familia dedicaba a un negocio siniestro. El homenaje a Eduardo se lo hice yo con todos mis años de lucha. Hoy descansa en paz.

Tengo dos hijos, ellos siempre supieron de esta etapa dolorosa de mi vida. Pero es mi pasado. Yo a la Justicia le reclamo que no haya condenado a Epifanía. Y que le haya dado una pena a mi entender leve al Clan. Porque todos terminaron saliendo en libertad. Deberían haber muerto en la cárcel.

Nunca tuve miedo, o no mucho al menos. Me amenazaban. Cuando iba a declarar a tribunales Maguila intentaba amedrentarme. Le grité tanto que la última vez que lo vi en la calle fue él el que se cruzó de vereda. Cuando uno tiene la verdad y la justicia, no hay que tener miedo".
Eduardo Aulet: Fue secuestrado el 5 de mayo de 1983. Tenía 25 años. Se pagaron US$100.000 de rescate. Su cadáver fue hallado en General Rodríguez en 1987.

 

Fuente: La Nación.-
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