Abigail no aparece: "Tengo rabia, tengo miedo, no sé a dónde ir"

San Juan
Abigail desapareció el miércoles pasado y a una semana del hecho su familia no sabe absolutamente nada de ella. La niña tiene 13 años y había asistido a la escuela Segundino Navarro de 25 de Mayo como era habitual, pero ni siquiera ingresó a clases. La incógnita en una búsqueda sin contención, sin pistas, y una madre desesperada.








Claudia, la mamá de Abigail, solo sabe que su hija podría haber subido a un auto desconocido, junto a una chica de mayor edad y un hombre. No se sabe quiénes son, solo que una compañera se “ratonearía” esa mañana con ella y a último momento se arrepintió, quedándose con las mochilas de ambas niñas.

“Esto está como al principio, como ese día. Así estamos. No habíamos tenido discusión.  No quería ir a la escuela porque los chicos le decían cosas que la hacían sentir mal, se le burlaban. Hasta donde yo sé es lo único. Los comentarios que hay es que ella se iba con otra chica a dar vueltas y volvían. Y nunca volvieron. La otra chica Tello, a último momento se arrepintió cuando subieron a un auto. En ese auto iba un hombre. Conocía a la otra chica. No conozco a la otra chica que es mayor que ella”.

Este fue el aporte de Claudia respecto de la desaparición de su hija. La niña que no accedió a subirse al auto después de mucha presión habría dado algunas declaraciones incoherentes.

“La policía dice que están trabajando. Es demasiado tiempo una semana. No aparenta 13, hasta 20 años aparenta tener. No tenía celular. Lo que llevaba era la netbook en la mochilita, inclusive la dejó”, expresó la mujer y agregó que “yo primero tenía esperanzas de que volvería, y termino pensando lo peor, que termine como un montón de chicas”.

Finalmente, Claudia expresó sus más profundos sentimientos. Da bronca escuchar a una madre que en esa situación no encuentra otro tipo de socorro o contención.  Además, dijo que “para mí ella no está bien, no está donde tiene que estar”.

“Hace una semana que se ha ido. Con la chaqueta gris de la escuela Segundino Navarro de 25 de Mayo. Es alta, 1.75 metros. Cabello hasta los hombros. Negro. Trigueñita. Aritos, dos en una orejita y uno en la otra.  Lo mío es un montón de cosas juntas. Tengo rabia, tengo miedo, tengo esperanza, por ahí pierdo la esperanza. No sé a dónde ir”, manifestó y concluyó: “Yo sé lo que siento, nadie más”.
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