LA BATALLA MÁS DIFÍCIL DE UÑAC

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NOTA DEL EDITOR - OPINIÓN

Nicolás Suárez para Diario Móvil.

Con el primer semestre de este año ya en el pasado, las elecciones se encuentran cada vez más próximas, aunque en San Juan es mayor la incertidumbre a las certezas. Es que ni un sistema electoral definido hay en la provincia. De lo que hay en demasía es de especulaciones y movimientos políticos, con el claro objetivo de llegar bien parados al 2023. 

En este revoltijo, Uñac atraviesa momentos de zozobra y debe lidiar con varios frentes de batalla. El desgaste de casi tres mandatos (uno como vice), las rencillas dentro del PJ y hasta los cuestionamientos constitucionales a la posibilidad de volver a ser candidato a gobernador. Ni hablar del desbarajuste nacional, una mochila de plomo que podría hundirlo a lo más hondo del mar. 

El primer mandatario llega algo magullado a esta mitad de año; un poco por el mismo peso del tiempo como gobernador, otro poco por algunos desaciertos y heridas autoinflingidas. El levantamiento de los docentes y estatales en general dejó algunas imágenes que lograron sortear el amurallado de los medios afines y se instalaron en la opinión pública. Una revuelta tan masiva hace mucho que no acontecía en la provincia. (ver nota relacionada)

Otros le endilgan directamente algunos desatinos o enojos, relacionados con pasos en falso de la gestión. Uno de los más resonantes, la Red Tulum, un sistema de trasporte público que no ha logrado simpatizar con los usuarios y ha traído aparejadas fuertes críticas al Gobierno local. Intentaron por diferentes vías sofocar este incendio, pero no hicieron más que reavivar las llamas. Tanto que ya se rindieron y salieron a cambiar la estética de los colectivos para que sean las empresas las que paguen el costo. (ver nota relacionada)

Acaso uno de los dolores de cabeza más grandes para Uñac es la interna, más abierta que nunca, que mantiene con su predecesor y la gente que aún le es leal a este. Hubo algunos intentos de acercamiento, pero hay puntos que siempre hacen irreconciliables los caminos de estos dos caciques políticos. “Si no estamos juntos, perdemos”, decía públicamente el rawsino Mauricio Ibarra sobre este conflicto y no le faltaba razón a sus declaraciones. Si miramos el resultado de las legislativas del 2021 (donde el propio gobernador habló de plebiscito de su gestión), notaremos que no hay holgura ni márgenes como para dispersar votos. (ver nota relacionada)

Como si fuera poco, a Uñac ahora le toca formar parte de un armado nacional que está fragmentado, desorientado y que pierde adherentes cada día. El presidente y su vice se han llevado puestos gran parte de los objetivos del Frente de Todos y ni las encuestas más optimistas muestran un futuro promisorio para este matrimonio político en proceso de divorcio. Queda para el oficialismo local la estrategia de desdoblar las elecciones y llevar la campaña al terreno discursivo de lo provincial, como ya lo hicieron en 2021. Sin embargo, el costo a pagar es inevitable, solo queda determinar la cuantía del mismo. 

Todo esto, en un terreno de completa incertidumbre y sin reglas electorales claras. Esta misma semana, la Sala IV de la Cámara Civil pateó su veredicto hacia adelante y resta esperar para saber si habrá PASO o no en San Juan. Un operador afín al Gobierno aseguró que es casi una decisión tomada la de no apelar si el fallo va en contra del uñaquismo, ya que no quieren más roce de acá a las elecciones. Por del lado del giojismo, en cambio, prometen llevar esta disputa jurídica hasta las últimas consecuencias. (ver nota relacionada)

Y hablando de cuestiones judiciales, acá se abre otro frente de conflicto. No son pocos los que aseguran que existe un impedimento constitucional para que Uñac sea nuevamente candidato a gobernador. Como argumento se amparan en el espíritu de alternancia de la Constitución local y le cuentan su tiempo como vicegobernador, es decir que ya tendría tres mandatos de forma consecutiva. ¿Hará un nuevo tironeo legal? Por ahora el propio Uñac no ha confirmado su candidatura, pero sus subalternos dicen que “no hay plan b”. (ver nota relacionada)

Para colmo, en este contexto, hay una oposición que llega más envalentonada y con la coyuntura nacional a favor. Allá por 2015, Orrego y compañía renegaban del peso de la gestión de Macri y sus decisiones, por eso apostaban a la designación “Con Vos” en lugar de “Cambiemos”. Hoy las cosas son diferentes y el desgaste lo paga el oficialismo. Esto le permite a Juntos por el Cambio pescar descontentos, sin hacer mucho. 

¿Significa que Uñac perderá si puede volver a presentarse como candidato? No necesariamente, aunque aún resta el importantísimo paso de determinar si es constitucional o no que vaya en buscan de un nuevo mandato. En fin, esto es política y cualquier cosa puede pasar. Sin embargo, hoy el gobernador Uñac enfrenta uno de los desafíos más complejos de su carrera y deberá tomar decisiones de inmensa trascendencia, con viento en contra y menos frescura.
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